El brutal impacto de Yannick Nzosa no ha dejado indiferente a ningún amante del baloncesto. En plena irrupción del congolés con el Unicaja, la Federación Española de Baloncesto ya ha comenzado el proceso burocrático para que el congolés vista la camiseta de la selección española. Tiene de sobra el visto bueno de Sergio Scariolo, impactado con su talento precoz, y el propio jugador se muestra ilusionado con esta posibilidad. Ver a Nzosa jugando con España es solo cuestión de tiempo.

Los papeleos para nacionalizar al jugador cajista de 16 años ya están en marcha. Será mediante el mismo proceso que consiguió hacer nacional a Nikola Mirotic en 2010 o Serge Ibaka en 2011: la carta de la naturaleza. Esta opción recogida en el Código Civil es otra vía para adquirir la nacionalidad española "en circunstancias excepcionales", y que es otorgada por el Gobierno mediante Real Decreto. La FEB se ha puesto manos a la obra con los trámites y mantendrá informado al jugador en todo momento. Es un proceso que requiere paciencia.

Yannick Nzosa, nacido en Kinshasa (República Democrática del Congo), está en el centro de las miradas de todo el universo baloncestístico, que ya lo sitúa como uno de los 'caramelos' más llamativos para el draft de la NBA en las próximas temporadas. El jugador abandonó el Stella Azzurra italiano convencido por Manolo Rubia, que lo ató por 25.000 euros. Debutó siendo el segundo más joven de la historia del club haciendo una actuación memorable en Andorra, rozando la perfección y cambiando él solito el partido. Desde ahí, el chico siguió acrecentando su rol con una seguridad pasmosa. Tiene contrato con el Unicaja hasta 2024, pero su cláusula sigue siendo la misma de su llegada, cercana al millón de euros.

Con su nivel en cada partido, siendo una baza defensiva que decide partidos y convertido en una máquina de rentabilizar tiempo en pista (en tan solo 14 minutos promedia 5'1 puntos, 3'5 rebotes y más de un tapón por encuentro, siendo el cuarto máximo taponador de la ACB) el jovencísimo pívot ha logrado que la Federación esté dispuesta a mover montañas por él. Solo puede haber, según el reglamento FIBA, un jugador nacionalizado por esta vía en la selección española. En el futuro inmediato, ese puesto podrá ser ocupado por el proyecto joven más ambicioso de la actualidad.