El Unicaja Femenino ha desvelado los motivos por los que cada jugadora lleva su dorsal. Desde las más veteranas a las más jóvenes, ya sean de Málaga o de Estados Unidos, todas han explicado las razones que las llevaron a elegir un número que, en este arranque de temporada en Liga Femenina 2, les está dando suerte. Estan son las particulares historias de cada jugadora y de su resspectivo dorsal.

#2. Taja Cole. La base estadounidense, en su primera experiencia en Europa de la mano del Unicaja Femenino, se decantó por su dorsal por una sencilla razón: "Siempre he llevado el #5 pero ya lo tenía Gema García, así que elegí el #2 debido a que es el número que parece el #5 reflejado en el espejo".

#3. Salomé García. Otra de las caras nuevas del Unicaja Femenino optó por el #3 debido a que es simplemente su "número de la suerte". "Siempre llevaba el #13 pero cuando pude cambiar al #3 ni lo dudé".

#5. Gema García. La capitana mantiene una relación idílica con su dorsal, que cataloga como de "amor a primera vista". "Salvo dos temporadas, ha sido el número que me ha acompañado en toda mi carrera profesional", asegura.

#7. Ana Jiménez. La escolta malagueña luce el #7 a la espalda como homenaje a su padre, ya que era el número que este usaba cuando jugaba al baloncesto.

#8. Sofía Arcos. La más joven del equipo también escogió su número basado en su padre, ya que es su dorsal favorito. Aparte, es asimismo "el primer número que usó Kobe Bryant en la NBA", uno de sus jugadores favoritos.

#10. Vero Matoso. Una de las referentes del Unicaja Femenino eligió el #10 en base a la siguiente teoría: "El 10 en España significa sobresaliente, pero para llegar a él partes de 0, que va incluído en el dorsal. Es el todo y la nada, y no hay que olvidar ninguno de los dos". La ala-pívot, que siempre ha lucido ese número, también lo lleva tatuado en la mano derecha en número romano.

#15. Marta Ortega. La jugadora más 'veterana' de la plantilla a pesar de no haber cumplido aún 20 años -disputa su 4ª temporada en el equipo- escogió el #15 como homenaje a su padre, ya que era el dorsal que utilizaba cuando jugaba al baloncesto.

#20. María Torreblanca. La alero melillense jugaba anteriormente con el dorsal #18, pero, según dice, "me fue mal". Así que optó por el #20 debido a que en este 2020 cumplía 20 años y "me gustan los números pares".

#26. Nneka Ezeigbo. La pivot estadounidense con pasaporte cotonú siempre llevó el #33 en su periplo universitario, pero al llegar a Málaga se encontró con que estaba ocupado. "Así que decidí coger el #26 porque es el día del mes en el que nació mi sobrina".

#33. Ana Pocek. La máxima anotadora y jugadora con mejor valoración por partido de toda la Liga Femenina 2 luce el #33 porque "es el número de Dios". Para la pívot montenegrina, ese número representa la edad de la Maestría en la Iniciación de Jesús (su muerte, resurrección y ascension), y, además, le da suerte: "Siempre juego con él".