El tema lesiones es algo que está dentro de la temporada, no hace falta recurrir a ninguna excepcionalidad, es algo que por estar compitiendo, lo tienes ahí, además atañe a todo el mundo, y quizás, lo que haya que pedir sería que cuándo lleguen no sean todas de golpe y que cuánto más tarde, mejor.

A nuestro Unicaja, en el tiempo actual, no sólo se le han acrecentado las que ya tenía, con Dragan Milosavljevic y Jaime Fernández, sino que tras volver el madrileño, la recaída llegó pronto, le acompañó Gal Mekel, luego Axel Bouteille, Alberto Díaz, y nuevamente el israelí, ¿qué hacer ante esto?, aparte de apretar los dientes y seguir trabajando, paliando de la mejor manera posible el problema e intentar arreglar la parte más dañada, en este caso, la dirección del equipo.

La falta tanto de Díaz, como de Mekel, como de Fernández, Unicaja lo ha resuelto con el fichaje temporal de Frankie Ferrari, ¿adecuado?, bueno, se irá viendo con el transcurso de las jornadas, pero tras la última avería entre los directores de juego cajistas, se podía esperar que no se fichara, confiando el timón a lo que a día de hoy hay en el plantel de Luis Casimiro Palomo (maniobra muy arriesgada) o recurrir a lo que hubiera en el mercado.

Se podría haber dicho que Unicaja tendría que haber ido por Quino Colom, o Leo Westermann, o pelear algún descarte de la NBA, pero hay que estar en el mundo, no en la fantasía que nos queramos inventar.

Puestos a pedir, se puede pedir la luna, pero el club malagueño está en lo que está, tener que alterar la plantilla por el motivo que sea es complicado, para la dirección actual de Los Guindos, el cambio por rendimiento no se contempla, ni tiene pinta de que vaya a afectarle, sólo el tema lesiones parece que pueda alterar esa declaración de intenciones que como mantra repite el presidente de «los presupuestos están para cumplirlos», y es algo que ya hemos comprobado tanto este año como el anterior, habiendo tenido la agilidad necesaria para evitar.

La llegada del estadounidense va a intentar paliar el problema, no hay que olvidar que el contrato es para un par de meses, de haber sido para más tiempo, el abanico de opciones se hubiera abierto, aunque no creo yo que los otros mencionados hubieran estado entre los objetivos reales, sobre todo por el tema salario, no hay que olvidarlo.

Lo que tal vez creo que sería adecuado sería dejar a Darío Brizuela lejos de la tarea de dirigir el equipo en la medida de lo posible, no sólo es que el de San Sebastián no esté cómodo ahí, cosa que él mismo reconoce, sino que el equipo no tiene dirección en pista y además se le echa de menos en su posición. A lo mejor el recurso Pablo Sánchez es muy forzado, pero la necesidad está ahora, no es algo que se plantee de manera voluntaria, la competición es la que es, no hay más que hablar.

La situación y el devenir de la temporada ha terminado trayendo algo que se intuía en su momento, que uno de los principales valores es alguien con quien se contaba lo justo al arrancar el trabajo de pretemporada: Francis Alonso. El rendimiento que está dando el malagueño está superando el mejor de los presupuestos que se pudiera tener en su momento para con él. Su irrupción supone que más pronto que tarde, haya que afrontar el poner en valor lo que significa para el plantel.

Se puede hablar de que si es prematuro o no, que significa alterar el devenir lógico de la temporada, pero no creo que retocar el estatus del chico sea ningún disparate, sobre todo, porque recordar el caso Álex Abrines es algo que le gusta a nadie, ni dentro, ni fuera del club.

Ojalá, las figuras tanto de Alberto Díaz como de Francis Alonso se hagan tan duraderas en Málaga como se merezcan y que las camisetas del nueve y del diez terminen acompañando a la del 5 de Bernardo Rodríguez, puede parecer ventajista y quizá que me esté dejando llevar por la euforia de algunas actuaciones puntuales, pero en la situación del club, que tiene que recordar casi a diario que el tiempo de muchas temporadas en Euroliga y de disputar fichajes a los grandes pasó a la historia, no se me ocurre un ejemplo mejor que retener lo bueno que se tiene aquí, además, siendo de casa.