El Unicaja demostró que es capaz de lo mejor y de lo peor en solo unos minutos, fiel reflejo de lo que está siendo la temporada. Los de Luis Casimiro, concentrados, duros en defensa y eligiendo bien en ataque, llegaron a dominar por 12 puntos en el tercer periodo pero tiró todo el trabajo por la borda en unos momentos de desconexión en el último cuarto y una prórroga horrible. Con la victoria y la clasificación para la Copa en juego apareció de nuevo la peor versión del equipo y brindó segundas y hasta terceras oportunidades al San Pablo Burgos, que aceptó de buena gana el regalo para destrozar a los malagueños en el tiempo extra (95-83).

Pudo llevarse el partido, pero cayó en la prórroga por segundo encuentro consecutivo y ahora deberá jugarse el billete para la cita copera en la última jornada. Si gana al Baskonia estará en Madrid, pero si vuelve a perder quedará a expensas de lo que hagan sus perseguidores en sus respectivos encuentros.

El arranque del partido fue bueno. Concentrados en tareas defensivas y con sus hombres exteriores acertados en los lanzamientos de media distancia. Fernández, Alonso y Waczynski , en dos ocasiones, anotaron desde el perímetro en los primeros minutos para dar la delantera al cuadro verde (4-8). Renfroe y Benite lideraban el ataque local (9-10). En el ecuador del cuarto empezó el baile en los banquillos. Saltó a la cancha Brizuela y comenzó a tomar la responsabilidad en ataque. El donostiarra anotó los 6 últimos puntos del equipo en este acto inicial para mantener el partido igualado (19-17).

Un parcial de 8-2 de salida en el segundo cuarto, con dos triples consecutivos de Salvó y el excajista Omar Cook, situaban el electrónico en 27-19. El cuadro local empezó a subir sus porcentajes en el tiro para estirar la diferencia y Gerun, con 4 puntos consecutivos, cortó el primer amago de rotura del partido (29-23). Los de Luis Casimiro reaccionaron tras unos minutos que recordaron al Unicaja que cayó ante rivales como Fuenlabrada o Betis y volvió a estrechar el electrónico a 2.54 del descanso (33-32). Tras el tiempo muerto de rigor, aparecieron Nzosa en defensa -que no volvió a jugar más- y Thompson en ataque para que el encuentro quedara igualado al descanso (39-39).

El Unicaja volvió a coger el mando del encuentro tras una buena salida de vestuarios. La conexión Fernández-Guerrero funcionó en estos primeros minutos de tercer cuarto para marcharse de 7 puntos (43-50). Joan Peñarroya tenía que parar el partido antes del ecuador del periodo. Otra asistencia del base madrileño para el pívot marbellí ponía el 43-52. Los de Los Guindos sacaron su mejor versión defensiva en mucho tiempo en estos minutos para encarrilar un partido que llegaba a su último periodo con 7 de ventaja para los malagueños tras un pequeña reacción final local (51-58).

Con todo de cara, el Unicaja tiró por la borda todo el trabajo realizado en solo dos minutos. Tras una canasta de Alonso (51-60), el Burgos se metió de nuevo en el partido con un parcial de 8-0 - con dos triples consecutivos de Omar Cook- (59-60). Y un mate de Kravic devolvía la delantera a los de Peñarroya (61-60). Tiempo muerto de Casimiro.

El minuto de reflexión no pudo sentar mejor al Unicaja, que volvió a ser el del tercer cuarto. Recuperó la conexión Fernández-Guerrero para poner de nuevo 5 arriba a los de Casimiro (63-68). Con el partido igualado, un mate de Kravic y un triple de Benite disparaban al Burgos (77-72). Abromaitis, desde la línea de personal, y Brizuela, de tres, volvían a empatar el choque a 1 minuto del final (77-77). Benite anotó, Guerrero respondió y en la última el brasileño falló y el encuentro se fue a la prórroga (79-79).

Y ahí la suerte volvió a esquivar al Unicaja. A base de rebotes ofensivos, el Burgos se llevó el gato al agua. Las segundas y terceras oportunidades fueron decisivas para que los de Peñarroya se hicieran con el triunfo. Con 89-83, Brizuela perdió el balón y cometió una antideportiva y ahí se terminó la historia a 1.25 de la conclusión. Un triple de McFadden puso la puntilla (93-83). Al final, 95-83.