Análisis

El Unicaja, un club en stand-by

Sin presidente y sin presupuesto, con la intención de Manolo Rubia de abandonar la dirección deportiva el próximo verano y con un entrenador, Fotis Katsikaris, que acaba su contrato el próximo mes de junio, el proyecto del Unicaja 21/22 es una incógnita

Fotis Katsikaris, técnico del Unicaja, durante un entrenamiento de esta semana.

Fotis Katsikaris, técnico del Unicaja, durante un entrenamiento de esta semana. / UNICAJAB/FOTOPRESS

Manuel García

Manuel García

Ni presidente ni entrenador ni director deportivo ni presupuesto. El Unicaja 2021/2022 es a día de hoy una incógnita absoluta. Esta Semana Santa 2021 ha supuesto un auténtico terremoto en lo que actualidad cajista se refiere. En apenas 24 horas se conoció que Eduardo García, todavía presidente en funciones del club, dejaba su cargo y que la Fundación Unicaja, propietario del Unicaja Baloncesto, no aportará la cantidad que le corresponde, a falta de nuevas conversaciones, de cara a la próxima temporada.

El club de Los Guindos, tal y como lo hemos conocido en las dos últimas décadas, está en entredicho. A falta de conocer quién será el nuevo presidente y qué presupuesto anual tendrá para desarrollar un nuevo proyecto, la entidad malagueña está en una fase de stand-by. Sin cabeza visible -Eduardo García sigue en funciones-, con un director deportivo, Manolo Rubia, que pretende también dejar su cargo el próximo verano, sin presupuesto y sin saber quién será el entrenador la campaña 2021/22, ya que el contrato de Fotis Katsikaris concluye el próximo mes de junio. Muchas incógnitas que deberán resolverse en las próximas semanas.

Lo primero de todo será conocer el nombre del nuevo presidente. Ya han sonado algunos nombres ligados en el pasado a la entidad verde, como el de Pedro Ramírez, apuntado por este medio, o el de Javier Imbroda. También el de Antonio Jesús López Nieto, exárbitro profesional de fútbol. Todos ellos muy en conexión al deporte malagueño.

El otro enigma en estos momentos, que marcará el futuro del club cajista, será conocer la partida económica con la que contará el equipo para afrontar la próxima temporada. El presupuesto del próximo curso ha quedado supeditado a una nueva reunión entre el Banco y la Fundación, con la opción de incluir otros patrocinadores en el horizonte, que haga que la economía no se resienta.

Una vez se sepa a ciencia cierta el presupuesto, el nuevo presidente deberá empezar a tomar decisiones de calado. Uno de los puestos claves del organigrama en todo club es el de director deportivo, y a día de hoy no está nada claro que Manolo Rubia siga en el cargo que ocupa desde que Carlos Jiménez lo dejara en 2019. Rubia prefiere retirarse de la primera línea de batalla. También se han filtrado nombres ilustres, apuntados días atrás por La Opinión, como Berni Rodríguez o los hermanos Juanma y Nacho Rodríguez como opciones para ese puesto.

Lo primero de todo será conocer el nombre del nuevo presidente. Ya han sonado algunos nombres ligados en el pasado a la entidad verde, como el de Pedro Ramírez, apuntado por este medio, o el de Javier Imbroda

Otra decisión de vital importancia será elegir el inquilino del banquillo. Fotis Katsikaris llegó a mitad de temporada para sustituir a un Luis Casimiro, pero su contrato acaba en junio y está por ver si el griego quiere seguir y, en ese caso, si el club le ofrece la renovación. Es verdad que hay buena sintonía, pero a día de hoy es imposible saberlo por todas estas circunstancias.

Y una vez se conozca el presidente, director deportivo y entrenador, presupuesto mediante, habrá que conformar una plantilla que se ajuste a la nueva realidad del club. Hay cuatro jugadores de la plantilla -Adam Waczynski, Deon Thompson, Rubén Guerrero y Malcolm Thomas- que acaban contrato. Otros jugadores importantes sí tienen contrato, pero su continuidad dependerá de que el club pueda mantener sus contratos. Jugadores de la casa como Yannick Nzosa o Alberto Díaz tienen contrato hasta 2024 y que sigan en Málaga es mucho más probable que en otros casos. Hombres como Mekel o Abromaitis también tiene contrato en vigor pero a día de hoy nadie puede garantizar que vistan de verde la próxima temporada. Luego está el caso de jugadores con más nombre como Darío Brizuela, Jaime Fernández o Axel Bouteille, cuya continuidad dependerá del músculo económico y el proyecto deportivo.

Saber lo que pasará con el Unicaja en los próximos meses ahora mismo es jugar a ser adivinos. Muchas incertidumbres y pocas certezas que deberán empezar a concretarse en las próximas semanas. Las conversaciones entre los propietarios y la elección del nuevo presidente marcarán los siguientes pasos a dar. El futuro del Unicaja está en juego.