Crónica

Brizuela se viste de héroe para evitar otro sonrojo

El Unicaja tiró 16 puntos de ventaja en el último cuarto y tuvo que aparecer el escolta vasco para forzar la prórroga y sentenciar en el tiempo extra

Brizuela sentencia al Joventut

Brizuela sentencia al Joventut / EFE/Daniel Pérez

Manuel García

Manuel García

No existía otra opción que ganar. Después de dos abultadas derrotas consecutivas que habían sacado al Unicaja de los puestos de play off, el equipo dirigido por Fotis Katsikaris no podía hacer otra cosa que vencer a la Penya para seguir metido de lleno en la pelea. Y así fue. El conjunto verde recuperó la sonrisa con un triunfo agónico ante el Joventut, que además de cortar la racha negativa le hace volver a la octava plaza al igualar a victorias con el BAXI Manresa, pero con dos tropiezos menos.

Parecía que lo tenía todo hecho el Unicaja cuando terminó el tercer cuarto con +16 en el marcador, pero un nuevo cortocircuito le hizo tirar la ventaja y verse cuatro abajo en el último minuto. Ahí apareció el de siempre. Brizuela rescató al equipo, forzó la prórroga y en el tiempo extra dio una exhibición para llevar al cuadro de Los Guindos hacia el triunfo.

Como viene siendo ya habitual, el escolta donostiarra lideró al equipo en ataque desde el inicio. El cuadro cajista estaba acertado, prueba de ello eran los 14 puntos que sumaba en el ecuador del primer cuarto, pero ese acierto estaba siendo empañado por los desajustes defensivos que permitían a Ante Tomic hacer daño en la pintura (14-10). Brizuela seguía a lo suyo, Waczynski le secundaba desde el exterior. Así, cuando llegó el tiempo muerto a 2.49 del final del primer parcial, los de Katsikaris dominaban por siete (19-12). Al término de los primeros 10 minutos, cinco de ventaja, con Alberto Díaz ya haciendo de las suyas en defensa (23-18).

El conjunto malagueño no bajó el pistón en el comienzo del segundo cuarto. Siguió metiendo ritmo al partido y conseguía así generar tiros liberados para actores secundarios como Bouteille o Francis Alonso. Antes de alcanzar la mitad del periodo, un triple del francés ponía a los de verde con +9. La ventaja local llegó a 11 puntos (35-24) y Carles Durán tuvo que parar el partido ante la sangría en el aro verdinegro. La Penya se apoyaba en estos minutos de sufrimiento en su base y estrella Nenad Dimitrijevic. El serbio tomó la responsabilidad y acercó a su equipo en el tanteador (44-36). Al descanso, solo seis de diferencia después de haber estado 13 arriba (44-38).

Al Unicaja no le podía volver a ocurrir lo que muchas veces esta temporada, y a punto estuvo. El encuentro no cambió tras el paso por vestuarios, el equipo malagueño consiguió mantener a raya a su rival y, por su puesto, de la mano de Brizuela comandaba el choque. No era el día de los badaloneses desde el exterior y eso lo aprovechó el cuadro verde para seguir abriendo diferencias (53-41). Los ataques superaban a las defensas. Y ese intercambio de canastas beneficiaba a un Unicaja que se marcha de 14 a mitad del tercer periodo (57-43). Durán pedía tiempo muerto tras un parcial de 15-6.

El técnico verdinegro consiguió lo que buscaba con el tiempo. Cortó el ritmo de los cajistas y con un parcial de 0-8 tras el minuto de parón volvió a meterse de lleno en el partido (59-53). Por suerte, el Unicaja supo reaccionar al primer momento complicado del partido y cerró el cuarto con un 10-0 que le dejaba 16 arriba con 10 minutos por disputar (69-53).

El escaso acierto ofensivo en ambos lados de la pista en estos minutos favorecía los intereses cajistas. La Penya se negaba a rendirse y volvía a ponerse a 10 con poco más de seis minutos por jugar (73-63). Ni cuando parece tenerlo todo encarrilado hay partido tranquilo para el Unicaja. A 3.28 para el final, Ventura dejaba la distancia en seis, y Katsikaris frenaba el encuentro (78-72). Entraba en barrena el equipo malagueño y la Penya igualaba el choque con dos triples (78-78). La debacle era total, el Joventut se colocaba cuatro arriba en el último minuto (78-82), tuvo que aparecer Brizuela en la última posesión para salvar al Unicaja y mandar el partido a la prórroga (84-84).

Y en el tiempo extra no existió otro nombre: Don Darío Brizuela. Dos triplazos y una canasta bajo el aro tras penetración del vasco sentenciaban la contienda (95-86). Y Jaime Fernández completó el trabajo (102-93). Final feliz, con susto, pero feliz.