Cambios

Revolución en el Unicaja: 5 fichajes... como mínimo

La plantilla que dirigirá Fotis Katsikaris la próxima temporada será muy distinta a la de este curso con al menos un base, dos exteriores y dos interiores nuevos respecto a este curso recién acabado

El Unicaja de la 2021/2022 será muy distinto al de la temporada que acaba de terminar para los verdes.

El Unicaja de la 2021/2022 será muy distinto al de la temporada que acaba de terminar para los verdes. / La Opinión

Emilio Fernández

Emilio Fernández

Cambio radical en el proyecto del Unicaja Baloncesto. Estamos ante un verano especialmente intenso en Los Guindos, no solo por los cambios que se van a producir en los despachos, con el nombramiento de un nuevo presidente y de un nuevo director deportivo, también porque más o menos la mitad de la plantilla será nueva la próxima temporada.

Si se cumplen las expectativas actuales, llegarán en los próximos meses a Málaga entre 5 y 7 fichajes, en función de cómo evolucione el mercado y de las aspiraciones deportivas y económicas con las que el club encare su nuevo proyecto 2021/2022, que todavía está por definir.

Si el pasado verano el Unicaja solo fichó a Tim Abromaitis, además de recuperar a Francis Alonso de su doble cesión al Fuenlabrada y al Oviedo, estos próximos meses van a ser especialmente movidos en una plantilla que ya sabe que Fotis Katsikaris será su entrenador. El acuerdo está cerrado entre el club y el técnico griego y es solo cuestión de tiempo que el Unicaja lo haga oficial.

Manolo Rubia, que apura sus últimas semanas como director deportivo y el propio Katsikaris, junto al consejo de administración del club, al mando absoluto de las operaciones, serán los encargados de rearmar al equipo, al menos mientras no se nombre al nuevo director deportivo.

Las necesidades están claras. Al menos vendrán 5 nuevos jugadores, que podrían ser hasta 7 ó 8 fichajes en uno de los veranos más movidos que se recuerdan. Es segura la llegada de un base, de dos exteriores y de dos jugadores de pintura. Eso, mínimo. Y es que solo tienen contrato asegurado para la próxima campaña 7 jugadores: Alberto Díaz, Jaime Fernández, Darío Brizuela, Axel Bouteille, Tim Abromaitis, Carlos Suárez y Yannick Nzosa. Los dos que acaban contrato son Rubén Guerrero y Malcolm Thomas, mientras que hay una cláusula de corte para los contratos de Gal Mekel, Francis Alonso, Adam Waczynski y Deon Thompson.

A día de hoy todo son conjeturas, pero hay algunas líneas maestras a partir de las cuales se está ya construyendo el nuevo proyecto verde. Es verdad que de los 7 jugadores con contrato en vigor, hay alguno que podría no seguir, bien porque tenga una oferta superior de otro club y pague su cláusula de salida o porque se llegue a un acuerdo con él para romper la vinculación, pero lo normal es que todos (o casi) sigan vistiendo de verde cajista a partir del próximo mes de agosto.

De los dos que acaban contrato, la marcha de Malcolm Thomas es casi segura. El pívot llegado semanas después del aterrizaje de Fotis Katsikaris ha ayudado en esta parte final de la temporada, pero en el club confían en encontrar una mejor opción para el equipo en este próximo mercado estival. Con Rubén Guerrero la apuesta prevista es otra. El objetivo que se ha barajado los últimos meses ha sido el de renovar su contrato con una oferta plurianual, pero con la decisión de que esta próxima temporada 2021/2022 salga cedido a otro equipo de la ACB en el que asuma minutos y protagonismo, dejando un rol más importante aquí a Yannick Nzosa, en la que puede ser su última temporada en Europa antes de dar el salto a la NBA.

Lo que más apremia a día de hoy para el club es tomar una decisión sobre los cuatro jugadores que tienen una cláusula de ampliación en sus contratos. La fecha límite para tomar una decisión sobre ellos es el próximo 30 de junio, aunque no necesariamente se apurará tanto por parte del Unicaja para tomar una determinación sobre ellos.

Tienen imposible seguir Gal Mekel y Deon Thompson. El base israelí se ha pasado lesionado prácticamente toda la temporada. Era un jugador importante, pero al final no ha mostrado compromiso con el equipo y la decisión que se va a tomar es la de no ejecutar la cláusula de ampliación de su contrato.

Misma decisión se va a tomar con Deon Thompson. A pesar de que se había dicho que el americano nacionalizado costamarfileño acababa contrato este mes de junio con el Unicaja, lo cierto es que en su contrato también se firmó una cláusula de ampliación para la próxima 2021/2022 que no se va a ejecutar. Su salida está asegurada.

El futuro de Adam Waczynski también parece que está lejos de Málaga. El polaco fue el último jugador en renovar el pasado verano. Se le firmó una temporada garantizada y otra opcional, que salvo sorpresa, no cumplirá. Está claro que el perímetro verde necesita un jugador distinto, más físico, agresivo, con una capacidad defensiva mayor de la que han mostrado este curso los jugadores del perímetro verde, y Waczynski será el sacrificado para dejar hueco a ese nuevo refuerzo. Después de un lustro en Málaga será una marcha dolorosa para buena parte de la afición, pero las necesidades son las que son y en el próximo proyecto el polaco no tiene sitio.

El caso de Francis Alonso es muy especial por muchos motivos. El malagueño fue de los mejores del equipo en el inicio de la campaña. Fue, durante muchas jornadas, el escolta titular del Unicaja de Casimiro jugando a un buen nivel. Pero sobre todo tras la llegada de Katsikaris perdió protagonismo y también confianza en sí mismo. Su futuro en la plantilla 2021/2022 no está asegurado. Sí está previsto que el Unicaja ejecute en su caso la cláusula de ampliación para que siga siendo jugador del Unicaja (no es descartable incluso que se le amplíe alguna temporada más el contrato), pero esta próxima campaña 2021/2022 podría salir cedido a otro club para acumular minutos y rol protagonista antes de volver a la primera plantilla verde. Es una decisión complicada y su futuro final dependerá también del tipo de proyecto y de lo que ofrezca el mercado en su puesto este próximo verano. Todas las opciones con él están abiertas: que cumpla el año que tiene firmado en el Unicaja, que lo haga en otro club cedido o que se le amplíe el contrato por dos o tres años más y se decida al final del verano si el primer año lo hace vestido de verde o en otro club a préstamo.

Es evidente que hay mucho trabajo por delante. Con la decisión tomada de que Fotis Katsikaris sea el entrenador para guiar el nuevo proyecto, al menos hay alguien con capacidad para tomar decisiones. El nuevo presidente y el nuevo director deportivo, de momento, ni están ni se les espera.