Homenaje

¡Gracias por todo, Carlos Cabezas!

El base malagueño, uno de los mejores jugadores de toda la historia del Unicaja, se retiró vestido de verde cajista, con su eterno 10 a la espalda y rodeado de toda su familia, de muchos amigos y de una afición que le aclamó durante toda la noche

Emilio Fernández

Emilio Fernández

Carlos Eduardo Cabezas Jurado, uno de los mejores jugadores que jamás ha vestido la camiseta verde cajista, campeón del mundo y de Europa con la selección nacional, y campeón de la Copa Korac, de la Copa del Rey y de la Liga Endesa con el Unicaja, dijo adiós al baloncesto este 3 de septiembre, justo 15 años después, por cierto, de ganar el Mundial de Japón.

La afición (en el número que deja la puñetera pandemia) pobló las gradas del Carpena. Eran muchos menos de los que querían estar, pero al menos representaron a la «marea verde» en una noche muy especial, la noche de Carlitos.

La primera explosión de alegría llegó en la presentación del equipo. Dejaron al marbellí el último para que con ya todos los jugadores sobre el parqué recibiera el calor de los que han sido compañeros y rivales durante tantos años.

Katsikaris lo colocó en el 5 inicial. Carlitos arrancó repartiendo una asistencia de esas de las de él de toda la vida. Después clavó un triple de esos que tantas alegrías han dado al Unicaja y a la selección española que provocó el delirio en la grada. Pasados 4 minutos y medio del cuarto, Cabezas se retiró del parqué, dándole la alternativa otro malagueño de postín, uno de esos canteranos de Los Guindos que creció viendo a Cabezas ser uno de los mejores bases de Europa. Francis Alonso escenificó ese momento entregándole sobre el parqué una camiseta con el número 10, el que Francis vestía hasta hoy y que no volverá ya a portar (ni él ni nadie) en homenaje y respeto a Cabezas.

El público se puso en pie, a más de uno se le cayeron las lágrimas en reconocimiento a la trayectoria de un jugador que siempre lo dio todo por la camiseta verde cajista y que quedará para siempre en el recuerdo de la afición verde.

Carlos Cabezas juega su último partido con el Unicaja en el Carpena

Cabezas, homenajeado en el descanso. / Álex Zea

Coincidiendo con el descanso, llegó el otro gran momento de la noche. Los trofeos de la Copa Korac, la Copa del Rey y la Liga Endesa, tres títulos en los que Cabezas fue parte muy protagonista, se colocaron sobre el centro del campo del parqué del Palacio. Con las principales autoridades políticas de Málaga, provincia y comunidad autónoma, además del empresario Manolo Rincón, de un representante de su último equipo en Uruguay, de Alberto Herreros en representación del Real Madrid y de Daniel Hierrezuelo, como embajador de los árbitros, Cabezas recibió numerosos regalos, incluida la medalla de plata de la Liga de Uruguay. Mención especial para el obsequio que se llevó de manos de Antonio Jesús López Nieto, presidente del Unicaja, que le dio el balón del partido y una foto enmarcada con el triple que solo unos minutos antes había anotado en el partido ante el Real Madrid y que el fotógrafo del club, Mariano Pozo, inmortalizó para el resto de su vida.

Carlitos se perdió poco después por la bocana del túnel de vestuarios arropado por las autoridades y recibiendo el enésimo aplauso de la noche de un Carpena entregado a su base, entregado a su jugador, entregado a uno de sus buques insignia que ya está, oficialmente, retirado del baloncesto. ¡¡¡Gracias por todo, Carlos Cabezas!!!