Basketball Champions League

El Unicaja da marcha atrás en Manresa

El equipo verde, en un partido clave en la competición continental, recuperó su peor versión de la etapa previa a la llegada de Ibon Navarro

El Unicaja decepcionó por su imagen en Manresa.

El Unicaja decepcionó por su imagen en Manresa. / BCL

Emilio Fernández

Emilio Fernández

El peor Unicaja de la temporada, ese que se estrelló en el Palacio de la Paz y la Amistad el día que visitó al desconocido Lavrio Megabolt, el que dio vergúenza en la pista del JDA Dijon o el que no supo competirle al paupérrimo Filou Oostende hace algunas semanas, reapareció este martes en Manresa en el momento más inesperado, el día más importante de la Basketball Champions League (BCL).

El simulacro de partido perpetrado por el Unicaja en el arranque del play off de cuartos de final de la BCL, forma ya parte de la historia negra del club de Los Guindos. De esa lista de días para olvidar en los que el equipo pisoteó su escudo, ensució su historia y dilapidó su dignidad.

Nada hacía presagiar, desde luego, lo que acabó pasando en los 40 minutos del Nou Congost. Fue todo esperpéntico. Desde el mismo salto inicial hasta el desenlace final. El Unicaja no anotó ni una sola canasta en juego en todo el primer cuarto, solo hizo cuatro tiros libres hasta que a 6 minutos del descanso Abromaitis metió un tiro de 2, firmó un paupérrimo 58 de valoración final y fue incapaz ni siquiera de competirle a su rival, un equipo al que triplica en presupuesto y que demuestra que el dinero no lo es todo en el mundo del deporte profesional. La "pasta" ayuda, es cierto, pero no es suficiente para ganar. A las pruebas me remito....

Todo lo que había mejorado el Unicaja estas últimas semanas desde la llegada de Ibon Navarro al banquillo del club de Los Guindos se convirtió en pasado en el Nou Congost. El equipo fue un desastre en la bombonera del Bages. Dio pena y un poco de vergüenza ajena, vapuleado por un rival más intenso, más agresivo, más rápido y con un baloncesto mucho más rico.

El Unicaja jugó con miedo ante la furia de su rival. Salvo Alberto Díaz y una buena versión de Jonathan Barreiro, los demás estuvieron desaparecidos. Alguno maquilló sus números al final, con todo el pescado vendido y con el rival ya pidiendo a gritos el bocinazo final para ir a la ducha y marchar para casa. Fue descorazonador el partido de Mooney, desilusionante el de Brizuela, incalificable el de Cameron Oliver, decepcionante el de Rubén Guerrero, frustrante el de Bouteille...

Tampoco se puede ir de rositas Ibon Navarro. Sus jugadores afrontaron el partido sin intensidad, como si no les fuera nada en un duelo que era clave para el objetivo de alcanzar la Final Four de Bilbao. Si su mensaje en las horas previas no caló en su plantilla , mal. Y si directamente no hubo mensaje para "enchufar" a los suyos ante una cita del Nou Congost que era la "madre de todos los partidos", peor.

La pregunta es... y ahora, ¿qué? El equipo está 1-0 abajo en el play off, pero tiene el martes que viene la oportunidad de reivindicarse en el segundo partido de la serie, esta vez en el Palacio Martín Carpena (antes hay Liga este fin de semana contra el MoraBanc Andorra). La plantilla está tocada en lo anímico y señalada por su afición, muy enfadada por un cúmulo de partidos este curso que no tienen perdón posible. Los jugadores tienen que reaccionar, es su obligación, sacar su orgullo (el que lo tenga) y demostrar que son capaces de competirle a este Baxi Manresa por una plaza en la finalísima a Cuatro continental. Hay que igualar el play off (1-1) y después trasladar toda la responsabilidad a su rival en el tercer hipotético partido. ¿Serán capaces?...

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