Baloncesto

El Unicaja ha perdido 20 partidos de los últimos 35 que ha jugado en casa en Liga

El equipo cajista ha acabado la temporada 21/22 con un 47.06% de victorias en los 17 encuentros jugador en el Martín Carpena

El Unicaja ha cerrado la campaña 21/22 con 9 derrotas en el Carpena, la segunda peor temporada como local. | GREGORIO MARRERO

El Unicaja ha cerrado la campaña 21/22 con 9 derrotas en el Carpena, la segunda peor temporada como local. | GREGORIO MARRERO / Beatriz Tocón. MálagaBeatriz Tocón

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

Todo hacía indicar que el Unicaja iba a salir del bache en el que había caído en la temporada 20/21 con el Martín Carpena vacío por la pandemia. El club tocó la fibra sensible con ese famoso vídeo de «Tenemos tantas ganas ya de veros» en agosto. El estreno liguero fue fantástico y solo se veían sonrisas al salir del Palacio aquel lejano 19 de septiembre, tras la victoria ante el Monbus Obradoiro (91-79). Pero hasta ahí. Aquello solo fue un espejismo en un curso como local, ya con público, que ha acabado siendo el segundo peor de la historia del club de Los Guindos.

Y es que los datos son brutales y no admiten debate posible: el Unicaja ha perdido en las dos últimas temporadas 20 de los 35 encuentros que ha disputado en el Martín Carpena. ¡20 de 35!. Nueve esta temporada y once la pasada. Para ponerlo en contexto hay que recordar que la plantilla 18/19, no muy lejana, solo perdió 2 de los 17 partidos que jugó como local en el Martín Carpena aquella Liga.

Si elegimos temporadas no tan buenas, como la 11/12 y 12/13, el Unicaja cayó en 12 de los 34 partidos que disputó en la suma de ambos años en el Palacio. Ahora son 20 derrotas de 35. Casi el doble.

Todos pensábamos que la 20/21 iba a ser de mal recuerdo en resultados en casa, pero algo pasajero. Ante las restricciones, el baloncesto se jugó sin público y los malagueños sufrieron cuando les faltó su «marea verde». El equipo ha basado parte de sus éxitos en hacer del Carpena un fortín desde su mismo estreno en el año 2000. Ni siquiera los grandes conjuntos europeos han sido capaces regularmente de sacar una victoria del Martín Carpena cuando han visitado la Costa del Sol en la Euroliga. Pero las malas cifras de la campaña anterior se han refrendado este curso con Katsikaris, primero, y Navarro, después.

La afición ha vuelto a salir decepcionada otra vez. Ya lo demostró con pitos, abucheos y pañuelos para despedir a los jugadores tras la derrota contra el Manresa. Y no es para menos. El Unicaja ha perdido de nuevo más del 50% de los encuentros que ha jugado en casa. Han ganado en el Martín Carpena: Gran Canaria (79-80), Barça (73-75), Joventut (72-76), Valencia (82-87), Real Madrid (92-93), UCAM Murcia (87-88), Tenerife (64-97), Baskonia (72-73) y Manresa (95-100). Nueve derrotas en 17 partidos. Y aunque no lo parezca, los resultados son engañosos porque en 8 de ellos han perdido por 5 o más puntos cuando el equipo se había desinflado por completo y tuvo que ser la afición la que tirara de los jugadores para maquillar el resultado final.

Ahora ha tenido lugar la segunda peor temporada de la historia del club como local, desde la fusión entre Caja de Ronda y Mayoral. Estos 9 tropiezos han igualado las cifras de la temporada 93/94, tan lejos en el tiempo y tan cercana en los datos. Sin embargo, hay que ir más allá porque en aquella Liga Regular había 20 equipos en la clasificación, por lo que se jugaron 19 partidos como local. Así que aquellos números son ligeramente mejores que los de ahora en términos porcentuales: 47.37% de derrotas frente al 52.94% actual. Solo los supera el 61.11% de la campaña 20/21 con 11 tropiezos en 18 encuentros.

Más allá de todos los cambios que necesite el equipo en la plantilla con la ansiada revolución, que no son pocos, el primero y el más importante debe llegar desde abajo. Un equipo que luche por lo más mínimo se construye haciéndose grande en casa y el primer bastión a recuperar deben ser el Martín Carpena y la «marea verde» para la próxima temporada.

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Yannick Nzosa ha vuelto a sonreír vistiendo la camiseta del Unicaja. Podría parecer normal después de su gran temporada de aterrizaje, pero la etapa de adaptación se ha hecho más complicada de lo que se esperaba. El cambio de entrenador y los continuos ajustes en la pintura le han llevado a estar perdido... hasta este penúltimo encuentro de la Fase Regular de la Liga Endesa.

La llegada de Ibon Navarro al banquillo cajista supuso numerosas modificaciones en los roles y ahí se vio perjudicado el pívot, que pasó a jugar como «4», dejando atrás su posición natural y ocupando esta última Carlos Suárez. El congoleño nunca encontró ni el ritmo ni las sensaciones del año anterior en un puesto que no es el suyo.

El Unicaja había sufrido mucho contra el Manresa y su gran juego interior. Ni Kravic ni Rubén Guerrero estaban funcionando hasta que llegó Nzosa. Sin embargo, no fue como acostumbraba en los últimos meses. El canterano jugó más cerca del aro, de pívot. Anotó 6 puntos en 9 minutos, es decir, más puntos que sumando los últimos 11 encuentros en los que ha tenido presencia sobre la pista. No obstante, su participación no solo fue ofensiva. Robó dos balones muy importantes, asistió, reboteó, tuvo un +11 en pista y fue clave en ese acercamiento final formando pareja interior con Cameron Oliver en el «4».

Lástima que todo haya tenido que llegar o que a Nzosa le hayan dejado jugar en su sitio en el penúltimo partido de la temporada.

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