Celebración

El Martín Carpena rinde tributo a sus campeones

La «Marea Verde» se volcó este sábado con el Unicaja en una celebración que protagonizó momentos inolvidables con la bajada de la cartela, el estreno del documental, el ofrecimiento del trofeo y una ovación de gala a los jugadores

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

De la euforia a la incredulidad, de la incredulidad a la emoción y de la emoción a una lluvia de sentimientos que bien merecen otro documental aparte. Ninguna de las 10.602 personas que asistieron este sábado al Palacio de los Deportes José María Martín Carpena se olvidará de este día. Todo el mundo tenía claro que no era un partido cualquiera el Unicaja-Basquet Girona y mucho menos todo lo que rodeó al encuentro en sus instantes previos.

A una hora de que comenzara el choque, ya eran miles los cajistas que ocupaban sus asientos. Algunos jugadores de Ibon Navarro salieron a hacer su sesión de tiro, pero el primer gran momento de la tarde -al margen del respeto mostrado a Marc Gasol- fue el recibimiento que brindó la «Marea Verde» a sus campeones de Copa. De pie, con el aplauso más fuerte posible y con un cariño que inundó cada rincón del Palacio, entraron los jugadores con un pasillo del rival catalán.

Aún quedaban 25 minutos de «fiesta» y arrancó el vídeo. La ACB estrenó en el videomarcador del Martín Carpena el documental «El sueño del Unicaja: ¿por qué no?». 15 minutos en los que se hizo repaso de los tres partidos de los malagueños, cómo se gestaron los encuentros desde dentro y algunas curiosidades que dejó el torneo de la Copa del Rey como la famosa manzana.

Y todavía quedaba más. Una vez terminó el documental, los jugadores del Unicaja fueron presentados con una atronadora ovación con especial dedicación a Ibon Navarro, ejecutor del gran plan -o de los tres como él dice- que ha traído 18 años más tarde la segunda Copa del Rey a Málaga. 

Ahora faltaban dos de los momentos más esperados. El primero cumplió. Adolfo Nuño, infantil del Unicaja destacado en la Minicopa por sus valores, fue el encargado de pulsar el botón para que bajara la cartela que acredita al conjunto malagueño como campeón de la Copa del Rey. Se han cantado muchos himnos en las últimas semanas, pero quizás el que se entonó justo en ese instante... vellos de punta. 

La fiesta la iba a completar el corazón de este equipo, de este pabellón y de esta ciudad. Puede que no dentro de mucho también sea el de España. Alberto Díaz le puso el punto y final a este mágica homenaje ofreciendo el trofeo de Badalona a todos los espectadores. 

Ojalá no tengamos que tardar mucho tiempo en celebrar el sexto título. ¿Mayo con la Basketball Champions League? ¿Septiembre con la Supercopa de España? ¿La próxima Copa en Málaga? Sea como fuere, lo vivido desde el pasado 16 de febrero ya es historia. Del Unicaja, de Málaga y del baloncesto nacional. Y ese premio tiene un valor incalculable.

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