Liga Endesa
UCAM Murcia 85 - Unicaja 80: Diez minutos buenos no bastan
El conjunto cajista, después de un partido en el que le fallaron la cabeza y las piernas, cayó ante un equipo universitario que aniquiló a su rival desde el triple y resistió a la última ofensiva cajista con McFadden y Trice como guías

Travis Trice, 21 puntos, fue uno de los grandes culpables de que la victoria se quedara en Murcia. / ACBPHOTO
No íbamos a vivir eternamente en un estado de absoluta felicidad ganando la Copa del Rey, al Girona, al Galatasaray... No iba a ser eterno. El Unicaja lo tuvo en la mano en los últimos minutos, pero, después de ir durante tanto tiempo perdiendo, pareció que incluso le dio miedo a ganar. Así que el UCAM Murcia dejó la victoria en su Palacio (85-80) con Thad McFadden y Travis Trice, 24 y 21 puntos, en su versión más infernal.
Podría decirse que ha llegado el bache. Es verdad que el Unicaja ya ha perdido en alguna ocasión dos encuentros consecutivos esta temporada, pero ahora son peores las sensaciones que el juego. Es como si se hubiese perdido esa frescura que a toda España había enamorado. Es cierto que no ha sido una semana en la que haya habido descansos y que si las piernas no acompañan, la cabeza tampoco, pero faltó en Murcia mucho más durante gran parte del encuentro.
El Unicaja estuvo muy poco reconocible durante 30 minutos. Pocas veces se había mostrado tan frío. No había garra tras una buena acción, no había comunicación entre los jugadores, no hubo una cara que confiara en que este partido se podía sacar. Fue un bucle de impotencia. Y ahí, ante un Murcia muy necesitado de ganar para no descolgarse del play off, pues fue muy difícil sobrevivir. Ahora bien, hay cosas indiscutibles como la garra y el corazón de este equipo cuando más complicadas están las cosas. La lucha, la consistencia y la voluntad a encontrar siempre soluciones. Pese a todo, hay cosas que no cambian. Y eso es una pequeña victoria.
Tampoco fue el día más fresco a nivel de baloncesto. No hubo rebotes (37 a 29), ni asistencias (21 a 13) ni tampoco triples (13 a 8). Así que nadie pudo correr tanto como a Ibon Navarro le hubiera gustado. Lo que sí hubo, que es la razón por la que la victoria se vistió de color rojo, fue festival desde el 6.75. Si el encuentro hubiese durado 60 minutos, McFadden y Trice hubieran seguido anotando y de forma compulsiva. No hubo nadie que consiguiera pararles. Fue más cuestión de fe que de realidad.
Equipo superado
El primer cuarto fue una miniserie de cómo reponerse al estado de ebullición de ciertos jugadores. Primero fue Pustovyi superando a Kravish y plantando una muralla en su zona ante cualquier cajista. Ahí el Unicaja aguantó con el talento de Perry y Brizuela (7-8). Después llegó un McFadden imparable (23-14, min. 8:15) y la fiesta aún la tenía que culminar Trice (8 puntos). Es decir, un equipo malagueño irreconocible sin ayudas y sin intensidad en la pista.
Fue imposible salir del bucle. Trice cogía el balón, lanzaba desde 8 metros y triple. Habría que ver si alguno no llevaba la camiseta de Stephen Curry en vez de la del UCAM Murcia. Una detrás de otra. Si primero fue Carter el que tiró de talento, Brizuela tomó las riendas para poner el 32-28 (min. 15:52). Al fin. Sin embargo, fue un espejismo. Otra vez al 44-33 del descanso sin saber ni cómo atacar ni tampoco cómo defender. Y muy importante, Kravish y Sima con tres faltas cada uno.
Mejorar la primera mitad no iba a ser una tarea especialmente complicada. Igualarlo... parecía que no tanto. La dinámica del Unicaja fue contestar a cada golpe recibido. Sin embargo, apareció un "héroe" inesperado. Jonathan Barreiro empezó a sumar en ataque como si fuera uno de los jugones. Su agresividad y cinco puntos permitieron ver otra cosa. Tampoco había que hacer gran cosa. También Sima sumó (57-49, min. 25:47). Hasta que hablaron los 'bajitos' murcianos: 67-56.
Reacción tardía
11 abajo, 10 minutos por delante. Había tiempo. También para ilusionarse. Alberto Díaz, impulsado por toda una afición en la distancia, anotó dos triples (67-62) que metieron al equipo en el encuentro. A partir de ahí, llegó un intercambio de golpes que en nada benefició a los cajistas, pero mientras hubo vida, hubo esperanza. Después de un partido malo del Unicaja, hubo posibilidades reales de ganar. No lo pusieron fácil los de Sito Alonso. Vieron el aro como una piscina olímpica, pero, esta vez, no hubo rendición en los malagueños.
Primero tuvo Osetkowski varios tiros libres para acercar a los suyos a menos de 5 -otro día con muchos fallos desde el 4.60-. Aunque aún había algo que decir. Brizuela, Carter y Alberto tiraron del carro. Perry incluso hizo temblar los cimientos del Palacio de los Deportes de Murcia (80-76). Pero no era el día. No estaba escrita la victoria verde. El capitán falló dos triples liberados en el último minuto y ahí acabó todo (85-80). Ahora a descansar. El miércoles ya vendrá el Limoges. En la BCL, esa competición que es un oscuro objeto de deseo este curso...
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