Basketball Champions League

Unicaja 99 - Limoges 88: En cuartos de la BCL y a por el liderato a Grecia

El equipo cajista, mucho más exigido de lo que cualquiera hubiese podido imaginar, selló por sí mismo el pase a la siguiente fase y ahora deberá jugarse el liderato del grupo en Atenas - Kalinoski y Carter recuperaron sensaciones, y Saint-Supéry debutó como titular

Kravish, pívot del Unicaja, trata de evitar una canasta del Limoges.

Kravish, pívot del Unicaja, trata de evitar una canasta del Limoges. / Daniel Pérez (EFE)

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

El Unicaja estará entre los ocho mejores equipos de la Basketball Champions League. Sin dudas, sin calculadoras y sin tener que mirar el reglamento FIBA para ver cómo se deshacen los dobles empates. Los cajistas formarán parte de los cuartos de final. Ya lo adelantó el triunfo del AEK ante el Galatasaray (92-78) y lo confirmó la victoria cajista ante el Limoges (99-88), más apretada de lo que se podría esperar en un principio. Pero una victoria, que al fin y al cabo es lo que cuenta para ir a Grecia con mejores sensaciones.

El Unicaja ya empezó el partido sabiendo que se había clasificado matemáticamente para los cuartos de final de la BCL. El AEK se impuso al Galatasaray (92-78) y los criterios para el desempate entre turcos y malagueños ya confirmaron desde el minuto 1 que, pasara lo que pasara sobre la pista, lo importante va a estar el próximo martes, en la pista del AEK. Un triunfo en Grecia significará pasar al play off como primeros de grupo y con el factor cancha a favor, el principal objetivo. 

Eso sí, antes había que superar el trámite ante al Limoges, había que demostrar ese deseo "innegable e incuestionable". La primera parte estuvo muy lejos de esa imagen con la que Ibon Navarro pretendía explicar que este bache no tenía ni siquiera importancia. Durante la segunda ya se pudo ver algo muy distinto. Un equipo más reconocible a lo que había sido el resto de la temporada

Tyler Kalinoski volvió a ser el de siempre. Metió sus triples (3/6), reboteó, fintó... el Kalinoski excelso de la Copa del Rey (18 puntos). También se vio a un Tyson Carter más fluido, más enchufado en todo momento al partido (15 puntos). Darío Brizuela no jugó y eso también favoreció que tuvieran más minutos para reencontrarse. Sin embargo, la imagen más especial la dejó la titularidad de Mario Saint-Supéry. El canterano, como uno más, anotó un triple, se tiró al suelo para coger rebotes y tuvo 12 minutos para demostrar que ahí hay mimbres.

De menos a más

El partido desde el principio ya fue una fiesta. El Unicaja arrancó como un rodillo sin querer atender ni un solo segundo a lo que había pasado en Grecia. Había otros intereses como recuperar sensaciones y fue una buena muestra de intenciones... al principio. Todo parecía tranquilo. El 17-7 liderado por David Kravish le dio al Carpena uno de esos aires de celebración, pero no iba a ser tan fácil. Ibon Navarro tuvo que parar la respuesta de los galos (22-19, min. 8). 

Superado ese primer impacto (26-22), ya vino todo rodado o eso pensaron los 6.782 espectadores porque del 37-25 se pasó al 43-46. Todo había ido bien con Kalinoski como principal arma ofensiva. El equipo se sostenía en defensa y todo estaba cumpliendo el guion. Lo que muy poca gente esperaba era presenciar, de repente, un Unicaja-Desi Rodríguez -que se llevó una ovación final por sus 25 puntos-. El ala-pívot percutió la zona cajista como quien abre la puerta para entrar a un sitio. Un hundimiento en la pista como pocos se habían visto este año. 46-52 al descanso.

La buena noticia es que ahí quedó la "pájara". Un parcial de 17-4 (63-56) en cuatro minutos devolvió a ese Unicaja que todos conocemos y el Carpena estalló. ¡Qué poco hace falta hacer para tener a la "Marea Verde" entregada! El '4' estadounidense estuvo a punto de meter el susto en el cuerpo con dos canastas consecutivas (63-60), pero esto ya no era lo de antes. Así que desatada la fiesta 1, que comience la fiesta 2. Otro arreón hasta el 72-62 (min. 28), aunque había que seguir.

La verdad es que el Limoges estuvo alejado de esa imagen que puede dar un equipo con 0 victorias y 5 derrotas. Graves, Desi Rodríguez, Jones... buenos jugadores, pero ninguno de ellos era ni Will Thomas -último cuarto soberbio- ni Kendrick Perry. Nadie quería alargar el partido más de lo esperado. Así que en un último arrebato final, pisaron el acelerador para confirmar con todas las letras que el Unicaja es equipo de cuartos de final (99-88). 

Ahora habrá que esperar hasta el martes para definir el futuro continental. Hasta entonces, ir mejorando en sensaciones y recibir primero a un Barça que se encontrará al Carpena absolutamente abarrotado este domingo. No es un mal plan.

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