Liga Endesa

66-79: El Unicaja gana en Sevilla un derbi con poco ritmo

Victoria importante del equipo de Ibon Navarro en un partido en el que siempre fue por delante y en el que aprovechó su mayor rotación, a pesar de la baja por enfermedad de Perry

Kravish jugó un gran partido.

Kravish jugó un gran partido. / ACBPHoto

Emilio Fernández

Emilio Fernández

El Unicaja se está acostumbrando a ganar sin jugar excesivamente bien. Y eso es un arte. Una capacidad que tienen muy pocos equipos. Esta vez, en Sevilla, fue un mal día en el rebote defensivo, fue un mal día en los porcentajes de tiro exterior, tampoco corrió el equipo como otras veces... pero ganó por 13. Y además, dando la sensación, desde el primer minuto al último, de que el desenlace iba a ser el que definitivamente fue: victoria verde.

Después de un calendario infernal en este inicio de segunda vuelta, con partidos contra Valencia, Gran Canaria, Barcelona o Baskonia, el Unicaja aprovechó la visita a Sevilla para sumar un nuevo triunfo liguero, que le permite asentarse en la zona de play off y mirar más hacia arriba que hacia los que vienen por detrás. Kravish y Brizuela tuvieron mucha culpa de que la mañana dominical fuera placentera ante un rival que bastante hizo con aguantar más o menos cerca hasta el último cuarto.

Alberto Díaz fue el único base puro en Sevilla por la baja de Perry.

Alberto Díaz fue el único base puro en Sevilla por la baja de Perry. / ACBPhoto

El Unicaja, sin Perry esta vez por enfermedad, supo regular sus fuerzas y hacer daño a su rival cada vez que enlazaba un par de buenos ataques y quería meter presión. La verdad es que este Betis Baloncesto no está teniendo mucha suerte este curso. Perdieron a mitad de temporada a Shannon Evans, se les ha lesionado media plantilla (el todavía cajista Yannick Nzosa y el excajista Pepe Pozas, entre ellos), no acaban de enganchar a una masa numerosa de aficionados que les empuje en San Pablo... Muchos problemas que le tienen hundido en la tabla, aunque siempre siendo competitivos hasta el final.

El triunfo lo disfrutaron especialmente los casi 500 cajistas que madrugaron para viajar a apoyar al equipo en el derbi. Es verdad que en casi todas las pistas ACB se ven en las gradas camisetas verdes y moradas. Pero hacía tiempo que no había tanta gente apoyando al equipo en un partido de Liga fuera del Carpena. La "fiebre cajista" está desatada desde hace ya varios meses y en Sevilla se vio que el "matrimonio" equipo-afición vive su mejor momento en muchísimos años.

Partido con poco ritmo

El partido no fue brillante. Ya empezó mucho mejor el Unicaja que el Betis. Bien atrás y con mucha paciencia en ataque, el equipo cajista tomó una ventaja tan rápida como fácil. Con 7-17, Luis Casimiro paró el partido con un tiempo muerto que no sirvió para mucho. La diferencia llegó a ser de +13. Tyson Pérez fue el clavo ardiendo al que se agarró el equipo sevillano para no dejarse ir. Su energía y su rebote ofensivo hicieron daño y permitieron que el marcador se apretara al final del primer cuarto, 20-25.

La tercera falta de Brizuela fue un contratiempo con solo minuto y medio jugado del segundo acto. Se puso feo el partido. Demasiadas faltas, demasiados parones, poco ritmo... El Unicaja siguió sufriendo con el juego vertical de Tyson Pérez, pero el equipo encontró en varias canastitas a 4 metros de Kravish el antídoto perfecto para seguir con una renta cómoda. Al descanso, 30-40 y la sensación de tener el partido dominado.

El Unicaja sumó un nuevo triunfo liguero en Sevilla.

El Unicaja sumó un nuevo triunfo liguero en Sevilla. / ACBPhoto

Jugando al tran-tran, sin mucha continuidad y sin energía, el Unicaja no fue capaz de romper el partido tampoco en el tercer cuarto. El Betis aprovechó los minutos que Alberto descansó y el equipo jugó sin un base puro para amenazar en el marcador, 47-53. Un triple sobre la bocina de Brizuela dejó el partido 50-58 a falta ya solo de los últimos 10 minutos.

Metió el equipo una marcha más en defensa en el último tramo. El Betis sufrió con la agresividad de un Unicaja que se puso 13 arriba a 7:12 del final. Fue ya el último arreón para el que el rival no pudo ofrecer una respuesta. Los últimos minutos fueron de dominio absoluto cajista y de exhibición de Darío Brizuela, que cuando está en modo "on" resulta realmente imparable. El partido se cerró con el 66-79 final. Bravo.

Suscríbete para seguir leyendo