Final Four de la BCL

Unicaja, 67- Telekom Bonn, 69: el sueño europeo fue una pesadilla

Los verdes, en un mal día global, pierden ante el líder de la liga alemana en la semifinal de la Final Four y se quedan sin la opción de ganar este domingo el título continental que tanto añoraban el club de Los Guindos y el Martín Carpena

Emilio Fernández

Emilio Fernández

Qué pena. El Unicaja siempre fiable, ese que cuando juega en casa es casi indestructible, el que casi nunca falla, tuvo un mal día en el peor momento posible. La ansiedad le pudo y le dejó sin final europea. Y eso que el equipo tuvo un último ataque para remontar in extremis el partido, pero el triple forzado de Perry sobre la bocina no encontró el premio de la red de la canasta de un Telekom Bonn que es justo finalista y que se jugará el trofeo de la FIBA el domingo contra el Hapoel Jerusalem, que se llevó por delante en la primera semifinal al Lenovo Tenerife.

Con todo de cara, el Unicaja no fue capaz de ganar a un rival rocoso, que jugó con las ideas muy claras, que no se complicó la vida y que ofreció una imagen impenetrable, liderado por un TJ Shorts que con un pelín más de altura sería un jugador top en la mismísima Euroliga.

La temporada del Unicaja está siendo tan buena, tan buena, tan buena que esta derrota, por muy dura que sea, no puede emborronarla. Pero el bajonazo es verdad que es sideral. No había ni un solo cajista en el Carpena que esperara el desenlace final que tuvo el partido. Es cierto que desde el mismo día del sorteo todos sabíamos que el Telekom Baskets Bonn era un lobo con piel de cordero. Pero nadie podía imaginar un "carpenazo" como el que firmaron los germanos.

Al Unicaja no le salió casi nada bien esta vez. Le costó anotar, no pudo correr con esa alegría habitual, no encontró jugadores en "modo on" durante muchos minutos seguidos y se fue desesperando a medida que pasaban los minutos. Dicho todo esto, si Perry acierta con el último tiro...

Es muy fácil decir ahora que no se gestionó bien el último ataque. Que habría que haber buscado una canasta de 2 puntos o dividir el balón a Brizuela para que se la tirara él o penetrar y buscar una falta... El caso es que se la tiró Perry, uno de los referentes del equipo en ataque durante toda la temporada. No la metió y ahí se acabó el sueño europeo.

El Unicaja - Telekom Bonn, semifinal de la BCL, en imágenes

Osetkowski, luchando por un rebote. / Álex Zea

Un partido muy trabado

El partido no tuvo el guion esperado. Solo se ajustó los primeros cinco minutos a lo que el Unicaja, Ibon Navarro y el Carpena querían. Y es que el Unicaja entró en el partido mejor que el Telekom Baskets Bonn. Ni el ambiente ni la presión pudieron con los verdes en el arranque, que se pusieron 9 arriba a 2.57 del final del primer cuarto, con Brizuela desatado. Pero el 20-11 fue un espejismo. No se desanimó el rival, que se reorganizó tras un tiempo muerto con margen para equilibrar las fuerzas al llegar el minuto 10 (22-22). A partir de ahí, todo cambió.

Le costó al Unicaja imponer su ritmo habitual, los tiros no entraron, el equipo germano creció a base de una gran defensa y tuvo su primer momento de gloria con el +7, 24-31, a 6.17 del descanso. Ibon Navarro pidió tiempo para variar su plan. Pero no hubo reacción de un equipo verde desconocido, sin ideas y superado por la energía de su rival. Un triple del chileno Herrera, tras rebote ofensivo, les dio 9 de ventaja, 29-38. Jugando un basket sencillo y directo, el Telekom Bonn hizo sufrir al Unicaja y al Carpena.

El 31-41 del descanso hizo mucho daño después de que los verdes solo anotaran 9 puntos en todo el cuarto. Un marcador amenazante y que obligaba a un cambio radical en la segunda parte... o si no la finalísima del domingo sería una quimera.

Un triple de Herrera activó la luz de alarma, 33-46, con poco más de dos minutos jugados del tercer cuarto. Con 13 abajo, el Unicaja entendió que o defendía o era imposible remontar. Apretó el equipo atrás, cargó el rebote de ataque para tener segundas opciones que dieron aire al equipo. La mejoría se vio en el marcador. Se puso a seis el Unicaja, 42-48, mediado el tercer acto del partido. El Carpena se volvió loco. La afición tiró de los suyos en un rato de intercambio de canastas. Un triplazo de Osetkowski puso muy cerca al Unicaja (50-54), aunque al llegar al minuto 30 la renta volvió a ser de +7 para el rocoso equipo de Bonn, 50-57.

Sin acierto en tiros de 3 liberados de esos que casi siempre entran, el intento de remontar se complicó con el paso de los ataques y las defensas. Tuomas Iisalo paró el partido a 7.59 del bocinazo final con 52-58, tras mate de David Kravish.

Siguió remando el equipo, trabajando a destajo para igualar las fuerzas, pero se encontró en frente a un rival que no dio ninguna facilidad y que nunca se arrugó. Se colocaron los verdes a 1, 57-58, con 5.42 por delante. Ni así les temblaron las piernas a los germanos. Aguantaron el chaparrón y encararon los 3 minutos finales con 8 de ventaja, 58-66.

La ilusión del equipo y del Carpena se acabó con los últimos zarpazos de Shorts, de Herrera y compañía. Un triple de Perry a 30.1 del final, 63-67 fue el principio de ese final tan agónico que desembocó en el 67-69, tras dos tiros libres fallados de Shorts y el triple sobre la bocina de Perry.

Será muy duro jugar el domingo a las 17 horas el tercer y cuarto puesto contra el Tenerife. La idea era jugar contra ellos ese día, pero tres horas más tarde. Es lo que hay. La afición seguro que responde y está a tope con los suyos, por mucho que ahora el dolor de esta derrota parezca casi incurable. Hay que seguir.

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