Hay días en los que no puede ser y en Zaragoza se conjuró todo, lo racional y lo irracional, para que el Unicaja llegue a la jornada 3 con un balance de 1-1. El conjunto cajista cayó en su primera visita de la temporada ante el Casademont de Porfi Fisac (100-92) en un partido en el que nunca apareció la defensa para tratar de luchar por el partido. Un resultado que pone los pies en el suelo a equipo y afición y que obliga a seguir trabajando sin descanso para recibir al Valencia Basket.

Es un tropiezo que, no solo relativiza las alegrías, sino que da valor a dos cuestiones. La primera es lo difícil que fue ganarle al Lenovo Tenerife por más de 20 puntos de diferencia, un rival directo. Sin embargo, lo ocurrido este miércoles en el Príncipe Felipe da muestra real de que el nivel medio de la ACB ha dado un paso adelante descomunal y que hay que estar al 120% de concentración para ganarle a cualquier rival en su pista. Y cuando no se está... pasan cosas como esta.

Es todo un jarro de agua fría. Es innegable. Ni el otro día íbamos a ganar el título de la Liga Endesa ni esto significa que nos vayamos a quedar fuera del play off. Ahora bien, hay muchas preguntas en el aire. ¿Puede ganar el Unicaja un partido a meter muchos puntos? Claro, no sería la primera vez en hacerlo. No obstante, esa identidad defensiva, la garra en la pista, el carácter y el saber estar durante los 40 minutos brillaron por su ausencia en tierras mañas.

No fue una plaza fácil el pasado curso el Príncipe Felipe y tampoco lo fue este miércoles. Kendrick Perry, Tyson Carter, Tyler Kalinoski, Melvin Ejim... la gran mayoría de los cajistas estuvieron muy por debajo de su nivel durante todo el encuentro. De hecho, el equipo vivió de varios chispazos de Kameron Taylor -castigado por las faltas-, de un enorme Will Thomas y de un Nihad Djedovic que se vistió de piragüista para remar en busca de la victoria.  

Will Thomas, en una acción de ataque. ACBPHOTO

Si tienes el día negado en defensa y a eso se suma un Jahlil Okafor digno de NBA, un Santi Yusta con 20 puntos -al que la dirección deportiva malagueña no sigue de casualidad- y a un Lucas Langarita más que acertado en la dirección de sus compañeros... pues se queda esta noche. Y hay que tener en cuenta que Trae Bell-Haynes tan solo jugó 4 minutos por unas molestias.

Partido aciago

Precisamente, el Unicaja comenzó muy descafeinado, sin ritmo. Ya desde el primero segundo. Descafeinaido, sin ritmo, pero con un Will Thomas celestial que alcanzó los 10 puntos en solo 6.30 minutos (13-15). La primera ventaja cajista impulsada también por un muy buen Kameron Taylor que logró minimizar la entrada de los maños en el partido. La entrada de Alberto Díaz aportó cuerpo atrás, pero los de Porfi Fisac siguieron encontrando las costuras de los malagueños. 23-24, de largo lo mejor.

No regresó el equipo malagueño mejor. De hecho, lo tuvo que parar Ibon Navarro (29-26). No era cuestión del resultado, era la actitud corporal de muchos jugadores con una falta de implicación que reclamó el técnico en el banquillo. ¿Llegó la reacción? Pues no, vimos la versión más humana del equipo con multitud de pérdidas y una sorprendente dejadez defensiva. No obstante, tuvo que persistir y persistir el Unicaja, esta vez con Djedovic como actor protagonista, para disminuir el impacto de Jahlil Okafor (48-50). 

El Unicaja no estuvo acertado en ataque, pero menos aún en defensa. ACBPHOTO

Lo que estaba claro es que el margen de mejora era amplísimo. Sí, aunque tampoco ayudó estar en bonus a 8.30 del final del cuarto. Ni eso ni tampoco los espacios en defensa, la falta de contundencia en ataque... estaba absolutamente negado el equipo. ¿Qué piezas había que tocar? Ibon Navarro lo volvió a intentar en un nuevo tiempo muerto (67-60). Tuvo respuesta, esta vez sí, de la mano del 69-68. Sin embargo, no terminaba por llegar ni la brillantez defensiva ni la solidez en ataque (75-72). 

Ya tenía que ser el momento y el capitán cajista pareció tener la llave en su mano. Tras anotar un triple y forzar una falta en ataque, Djedovic igualó la contienda (83-83). ¿El problema? Que a un número 2 del Draft como Jahlil Okafor, por todas las dudas que pueda generar, no se le puede defender con la mirada. Ni a él ni a nadie. Y en esta ACB tan competida, si regalas cualquier mínimo detalle, el rival te castiga.

Así que llegó, en Zaragoza, la primera derrota del curso. Y el sábado... el Valencia Basket en el Martín Carpena.