El mejor Unicaja, en tiempo y hora para luchar por la BCL y la Liga Endesa

El Unicaja está de vuelta. Habrá quien piense que el Pallacanestro Reggiana no corresponde al nivel que una dura prueba confirmaría el estado de los malagueños, pero lo cierto es que no hubo partido porque el equipo cajista nunca quiso. 38:38 minutos de liderato, +35 en el marcador y una pizarra llena de buenas sensaciones para afrontar el tramo final de la temporada con mayor seguridad. 

El curso ya ha entrado en su tramo más decisivo y el vestuario lo sabe. «Creo que el equipo sabe que era un partido en el que estamos a cuatro victorias de conseguir un título. Nos faltan tres más y el equipo se activa», reconoció el técnico en rueda de prensa tras el primer partido de cuartos de final de la Basketball Champions League y el reloj suizo ya ha afinado todos los mecanismos para pasar a la acción. La de verdad. 

Trabajo en defensa

Hubo muchos aspectos que evidenciaron la enorme mejora del Unicaja, pero la más evidente fue la defensa. Que el Pallacanestro Reggiana no es el Galatasaray está claro, pero la plantilla volvió a disfrutar defendiendo como hacía mucho tiempo no se veía sobre la pista. 17 recuperaciones son un buen indicio para demostrar la excelencia del rendimiento ofrecido y porque no entran en las estadísticas todas esas posesiones interrumpidas y que se acabaron yendo por la línea de banda. Alberto Díaz como eje central y acompañando Perry, Carter, Kalinoski, Djedovic, los interiores... un trabajo muy coral.

En números, el Unicaja no encajaba menos de 70 puntos desde el pasado mes de diciembre contra el King Szczecin (67), también en la BCL. El equipo ya se abrochó el cinturón semanas antes de la Copa del Rey dejando al Baskonia y al Rytas Vilnius en 73 y 74, respectivamente, y ahora era un debe que había que recuperar antes de llegar al tramo decisivo de la temporada. Valencia será una prueba durísima para certificar la nueva dinámica.

Recuperación del grupo

Salvo Killian Tillie que no pudo estar en la convocatoria por un asunto personal, el grupo demostró estar de vuelta. No cada uno de los jugadores por su cuenta, sino todos en su conjunto. De hecho, parece que Kameron Taylor es la única pieza que hay que recuperar después de dos partidos en los que ha estado muy por debajo de su nivel, aunque su presencia siempre es necesaria. 

A partir de ahí, hay muchos nombres que señalar. Balcerowski y Djedovic, cada uno con sus circunstancias previas, demostraron haber dado un paso adelante. Alberto Díaz también atraviesa un momento de esplendor con 22 asistencias repartidas en los dos últimos partidos. Barreiro y Tyson Pérez elevan el suelo físico a un nivel mucho más alto o Carter y Perry, preparando las muñecas para el momento más importante de la temporada.

ADN

Pero lo más importante ya lo avisó el ala-pívot hispanodominicano antes de recibir al Leyma Coruña: «Tenemos que recuperar nuestro ADN y nada mejor que hacerlo ganando. Creo que nuestra identidad de defender, de robar balones, de correr, de jugar muchas posiciones y muchas transiciones es lo que nos viene bien». Esas 17 recuperaciones le concedieron al Unicaja un total de 27 puntos al contraataque, mucho tiempo para volar en el Martín Carpena e ir sumando confianza poco a poco.

No hay tiempo que perder porque en 48 horas se deciden muchas cosas: visita al Valencia Basket el Domingo de Ramos y ya el Martes Santo el segundo partido de cuartos ante el Reggiana en Italia que puede certificar la Final Four de la BCL. El Unicaja va camino de recuperar su mejor versión y estas dos pruebas confirmarán el regreso a pocas semanas de pelear por dos títulos más. El Carpena ya dejó buenas noticias. Ojalá se certifiquen a domicilio.