Miles de aves migratorias están apareciendo muertas desde finales del mes de agosto en el suroeste de Estados Unidos.

Es un suceso completamente inexplicables que los ornitólogos califican ya como una tragedia nacional, y no dudan en manifestar que muy probablemente esté relacionada con la crisis climática.

Aves migratorias como los papamoscas, las golondrinas y las currucas se encuentran entre las especies que «caen del cielo» y mueren masivamente en Nuevo México, Colorado, Texas, Arizona y hasta

Una situación en la que ya se habla de cientos de miles de aves muertas, según valoración hecha por la profesora del departamento de biología de la Universidad Estatal de Nuevo México, Martha Desmond, quien también ha dicho que muchas de las aves encontradas muertas tienen pocas reservas de grasa o masa muscular, y algunas incluso parecen haberse precipitado al suelo en pleno vuelo.

Tal y como manifestó la bióloga a la CNN, "Es simplemente terrible. Estamos hablando ya de un número de muertos superior al millón. Yo personalmente recogí más de una docena en pequeño tramo de menos de dos millas (tres kilómetros) frente a mi casa".

Desmond no ha dudado en hablar ya de "una tragedia nacional. Eso es lo que supone ver morir a tantos individuos de diferentes".

Los biólogos están explicando cómo los pájaros se enfrentan en esta época a su habitual plan de migración. En estos días, y todos los años, estas especies realizan vuelos de larga distancia hacia el sur, desde las zonas de tundra en Alaska y Canadá, hacia América Central y del Sur, donde siempre pasan el invierno.

Pero como recorren largas distancias, cada pocos días necesitan posarse en el suelo con el objetivo de repostar y coger fuerzas para poder continuar su viaje.

Algunos ornitólogos consideran que su viaje anual se ha visto alterado por los históricos incendios forestales del occidente de EE. UU. Y que al desviar su ruta, han tenido que alejarse de las zonas costeras ricas en recursos para adentrarse en hacia lugares como el desierto de Chihuahua, donde la comida y el agua son escasos.

Si esa fuese la explicación, cientos de miles de aves estarían muriendo de hambre. Y así lo describe en Twitter Allison Salas, una estudiante de posgrado de la Universidad de Nuevo México que está colaborando en la recogida de cadáveres para el estudio:

Las aves que encontramos muertas "son, literalmente, solo plumas y huesos. Es como si hubieran estado volando hasta que no pudieron aguantar más» y se precipitaron contra el suelo.

Los residentes y biólogos cuentan haber visto aves actuando de manera extraña antes de morir. Por ejemplo, aseguran que pájaros que normalmente se ven en arbustos y árboles, estos días pasados se han visto moviéndose por el suelo en busca de comida o persiguiendo insectos.

También han relatado que "muchos estaban letárgicos y no respondían a lo que ocurría a su alrededor, por lo que los coches los atropellaban en números más grandes que nunca».

Incluso la bióloga Martha Desmond recogía testimonios tan impresionantes como éste: "en un campo de golf bastante transitado, las golondrinas, que son insectívoros aéreos que ni siquiera caminan, estaban sentadas en el suelo y dejaban que la gente se les acercara"

Crisis climática

También hacen referencia los estudiosos a la implicación directa de la crisis climática en este dramático suceso. Porque "eso ha llevado a que los estados del suroeste hayan experimentado condiciones extremadamente secas, por lo podría haberse reducido considerablemente el número de insectos, que es la principal fuente de alimento para las aves migratorias.

La cuestión si esos eventos climáticos pueden haber provocado que las aves comiencen su migración demasiado temprano, sin haber acumulado suficientes reservas de grasa.

En cualquier caso, los biólogos que ahora mismo están estudiando la situación no dudan en asegurar que «podría ser una combinación de todo eso, o algo que todavía desconocemos por completo", dijo Salas.

«El hecho de que encontremos cientos de estas aves muriendo, simplemente cayendo del cielo es extremadamente alarmante ... El volumen de cadáveres que hemos encontrado me ha dado literalmente escalofríos».

Las primeras muertes se conocieron el 20 de agosto. Y desde que se tuvo conocimiento de la situación en toda su dimensión, los cadáveres se envían al laboratorio forense y al Centro Nacional de Salud de la Vida Silvestre para su análisis, que se espera tarde al menos un par de semanas.

Además, los científicos están solicitando observadores en la zona para reportar cualquier avistamiento de aves muertas.

Y de momento las especies de aves locales de las zonas, como los zarcillos de pico curvo, los zarcillos de cola grande y las palomas de alas blancas, no parecen estar afectadas.

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