La gastronomía española es rica en variedad. No en vano, España es uno de los países más apreciados por la amplitud de sus propuestas y sus altas propiedades nutritivas, cualidades en las que solo la cocina francesa puede rivalizar.

Nunca está de más hacer un repaso a la cultura culinaria del país, una de sus señas de identidad: cocina tradicional, cocina de autor, ingredientes, vinos y licores... Un sinfín de criterios que deparan un recorrido como el que proponemos a continuación.

Comenzando por el norte de España, en el Principado de Asturias la fabada es, sin duda, alguna el plato estrella. Ya sea con embutidos, almejas o carne de libre o perdiz, la fabada es un plato apreciado por todas las generaciones. Tampoco se puede pasar por alto la calidad de los pescados, la carne gobernada, el cachopo y la caldereta.

En Galicia, la tradición marinera ha propiciado el desarrollo de una gastronomía en la que el pescado y el marisco están muy presentes: pulpo, merluza, rodaballo, nécoras, percebes, vieiras, centollos... Un listado que se acompaña de preparados como empanadas y quesos. Sin duda, una de las comunidades cuya gastronomía es más apreciada.

Adentrándose en Castilla y León, los asados típicos de cordero y cochinillo se unen también al pescado de río y los cocidos de legumbres. Embutidos como el jamón, el chorizo y el queso se añaden en los entrantes a las morcillas, sin olvidar tampoco la tradición en dulces y repostería y de vinos.

Más hacia el sur, en Extremadura y Castilla-La Mancha, la gastronomía recoge influencias castellanas y andaluzas. Platos como el gazpacho tienen presencia, así como los guisos de carne como el cordero, el faisán y el venado. Dos elementos fundamentales caracterizan a cada una de estas regiones: el jamón ibérico y el queso manchego.

Ya en Andalucía, la cocina de las zonas interiores se hace acompañar de la riqueza costera para de esta manera ofrecer una variada selección de platos como sopas típicas, ensaladas, gazpachos, salmorejos, 'pescaíto frito'... Tampoco sería posible comprender la gastronomía andaluza sin el jamón y el aceite.

La huerta define la gastronomía murciana, en la que la ensalada ocupa un lugar muy importante, así como los cocidos y los gazpachos. La influencia mediterránea está muy presente, y el arroz se incorpora a la mesa acompañado de diversos condimentos: conejo, caracoles, pavo, garbanzos...

En la Comunidad Valenciana, la paella, en sus distintas variedades, es la referencia indiscutible en la mesa, aunque no conviene olvidar los platos que tienen en el pescado su ingrediente fundamental. La fruta y los dulces también caracterizan a una cocina que recoge diversas influencias.

En Cataluña, la cultura rural determina la gastronomía. Además del arroz, los embutidos como la butifarra, el fuet y el salchichón están muy presentes en su mesa, sin olvidar los platos con caracoles, los cocidos y los ricos maridajes de carne y pescado, recogidos en la denominación 'mar y montaña'.

Nada mejor que probar algún asado en Aragón, un bacalao en el País Vasco, unas patatas a la riojana en dicha región y un cocido montañés en Cantabria para finalizar este viaje por la Península. Pero, por supuesto, Baleares y Canarias también atesoran una gran riqueza culinaria.

En la comunidad balear, la influencia mediterránea se aprecia en embutidos como la sobrasada y las sopas. Entre los dulces, es imprescindible citar a la ensaimada. En el archipiélago canario, el gofio y los platos de pescado nutren una mesa en la que no faltan tampoco las papas arrugadas, los mojos y frutas como los plátanos.