Las rutas jacobeas, reconocidas como patrimonio de la humanidad desde 1993, se han convertido en caminos universales que recorren millares de personas procedentes de 180 países del mundo. Preparados para el año santo, que situará de nuevo a Galicia en el mapa mundial de las peregrinaciones en 2021, recorremos todos los caminos que llevan a Santiago.

Vía de la Plata la ruta menos conocida

Partiendo de Sevilla y compuesta por 38 etapas en más de mil kilómetros, es la gran desconocida Ruta Jacobea y recorre ciudades históricas como Sevilla, Mérida, Cáceres y Salamanca. Tiene dos itinerarios desde A Gudiña hasta la ciudad de Orense. La más utilizada por los peregrinos es por Laza, la conocida como Verea Sur. Su alternativa transita por el valle de Monterrei hasta Verín. Ambas siguen juntas desde Orense hasta Santiago por Cea, Dozón, Silleda y Ponte Ulla. Además de su riqueza patrimonial y artística, se caracteriza por sus largas etapas y sus hermosas dehesas y bosques claros de encinas.

Patrimonio natural

En Mérida merece la pena detenerse por su conjunto arqueológico, que, con el Teatro y el Anfiteatro Romano a la cabeza, está declarado Patrimonio de la Humanidad. Además, presume también de su Alcazaba musulmana, el Circo Romano, el Templo de Diana, la Casa de Mitreo y su Museo Nacional de Arte Romano. Cáceres y su casco antiguo albergan uno de los conjuntos monumentales de la Edad Media y el Renacimiento más importantes del mundo. Imprescindibles también Salamanca y Zamora. En el camino se cruza la desconocida Allariz, una villa de cuento donde visitar el puente de Vilanova, las curtidurías y su mercado ecológico de los sábados. Y muy cerca, Santa Mariña de Aguas Santas, del siglo XII, hechiza con su singular cementerio, su fuente de los milagros y el Castro de Armea. Desde aquí, la Vía de la Plata cruza Orense, la ciudad de los puentes, donde aún brillan las Aquae Aurente, las arenas auríferas del Miño que encandilaron a los romanos. Hoy no hay oro, pero sí unas aguas muy valiosas, las termales.

La comarca del Deza

Otro tesoro de la Vía de la Plata, antes de entrar en comarca del Deza, es el monasterio de Oseira, obra maestra de la arquitectura cisterciense, que se alza en la localidad de San Cristóbal de Cea. Y ya en Pontevedra, el Camino nos sorprende con los pazos señoriales del Concello de Lalín y uno de los monasterios más antiguos del mundo, San Lorenzo de Carboeiro, del siglo X, ubicado cerca de Silleda. Última parada, Pico Sacro, donde otear el horizonte y sentir muy cerca Santiago.

El camino portugués la dimensión internacional

De Lisboa a Santiago en 24 jornadas y más de 600 km, el culto Jacobeo tiene en el Camino Portugués la verdadera dimensión internacional del fenómeno de las Peregrinaciones. Su espectacular trazado hereda vías y caminos ancestrales como la magnífica Vía XIX, que se construyó en el siglo I d.C.

Legado semita

Tui, la puerta gallega del Camino Portugués, conserva el encanto de su tiempo medieval, envuelta en su poderosa muralla. Su catedral románica, que se comenzó a construir en el XII, alberga el único claustro gótico que se conserva en las catedrales gallegas. En esta ciudad hay que valorar la herencia que dejó la comunidad semita entre los siglos XI y XV, donde las casas de Moisés, Aaron y Salomón, del XV, son visita obligada. El Camino Portugués cuenta con uno de los enclaves más importantes en cuanto a propiedades curativas del agua termal, Caldas de Reis. Y antes de llegar a Santiago está bajo el altar mayor de la iglesia de Santiago que, según la leyenda, fue el punto de amarre de la barca del apóstol.

El camino francés el más transitado y documentado

Desde Saint Jean Pied de Port a Santiago de Compostela, recorre 32 etapas en casi mil kilómetros. Es el Camino más transitado y el mejor documentado y cruza localidades que son historia viva: Estella, Logroño, Nájera, con su colegiata de Santa María La Real, y Burgos, con su fantástica catedral gótica Patrimonio de la Humanidad.

Tesoros románicos

Frómista, en Palencia, exhibe el mejor románico europeo, y Carrión de los Condes, Sahagún y León, que deslumbra con su catedral gótica, son grandes tesoros de este Camino. Más adelante, Astorga atesora un fabuloso legado romano que se amalgama con la fascinante obra de Gaudí; y en Ponferrada, cuna de los templarios, se alza el espléndido castillo de estos desaparecidos y enigmáticos monjes guerreros. Antes y el Jubileo a los peregrinos que no puedan continuar el Camino. A Galicia se accede a través del puerto de O Cebreiro, desde donde se llega a Triacastela. A partir de aquí siguen las siete etapas más famosas del Camino Francés, que recorren Sarria, Portomarín, Palas de Rei, Melide, Arzúa, Arca y el estratégico Monte do Gozo, a escasos 4 kilómetros de la catedral, antes de pisar la Plaza del Obradoiro.

El camino primitivo donde nace la leyenda

Con 15 etapas y casi 350 km, el Camino Primitivo es la ruta de peregrinación más antigua. Parte de Oviedo y lleva hasta Santiago pasando por Lugo, en uno de los trazados más duros de las Rutas Jacobeas porque alterna fuertes subidas con importantes descensos.

La más devota

Adornado con un sensacional paisaje, esta ruta es además una de las preferidas de los peregrinos más devotos por la importante colección de reliquias que poseen la catedral de San Salvador de Oviedo y la de Lugo, que, además, ostenta el privilegio papal de exponer día y noche el Santísimo Sacramento. Oviedo posee también joyas como su catedral, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Otras perlas imprescindibles son el Museo Prerrománico de San Martín, que se alza en Salas, y el monasterio cisterciense de Santa María La Real, en Obona. Lugo, la ciudad más antigua de Galicia, se alza sobre una colina y posee la fortificación romana mejor conservada del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad. Su barrio antiguo y su catedral conforman un mágico recorrido por la antigüedad que aún conserva muchos hospitales de atención al peregrino. No hay que perderse el balneario y su puente, ambos romanos.

El camino del norte en compañía del mar

Con 35 etapas y cerca de 850 km, la aventura del Camino del Norte o Camino de la Costa comienza en la localidad fronteriza de Irún, en el puente internacional sobre el estuario del río Bidasoa. Al frente, cientos de senderos en compañía del mar Cantábrico y con sensacionales vistas a playas y acantilados por los paisajes costeros del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia, donde abandona la costa para internarse por los paisajes boscosos y abiertos de Lugo y A Coruña.

Historia y leyenda

El itinerario transcurre siempre próximo a pueblos, villas medianas y ciudades. Bilbao, la hermosa Santillana del Mar, Llanes, con sus casas indianas, Villaviciosa, famosa por su sidra, la histórica Villa de Ribadeo, Lourenzá y Mondoñedo, una de las antiguas siete capitales de Galicia, y que combina de forma magistral historia y leyenda. En Arzúa, donde van recorridos más de 780 kilómetros desde Irún, la ruta se une con el Camino Francés para llegar a Santiago de Compostela.

El camino inglés la aventura marinera

De Ferrol a Santiago en cinco etapas y más de 150 km. Lo crearon los peregrinos del norte y oeste de Europa para evitar a los asaltantes y reducir el tiempo de peregrinaje. Es una de las rutas más tranquilas y menos conocidas. Saliendo de Ferrol, la distancia es de 150 km, de ahí que sea el único punto de inicio válido para obtener la Compostela. El Camino parte desde el muelle ferrolano de Curuxeiras, donde se ubicaba el antiguo puerto medieval del XI. Hay que detenerse en la iglesia de San Francisco, en la concatedral de San Xulián y en el Hospital de Caridade. Más adelante, en Narón, el monasterio de San Martiño de Xubia es visita imprescindible.

Entre veredas y montes

La ruta llega a la medieval Puentedeume, con su sensacional puente sobre el Eume de más de 600 metros y 79 arcos. Más adelante, cruzando el río Mandeo por A Ponte Vella, se entra en Betanzos por el impresionante arco, resto de su magnífica muralla medieval. Betanzos guarda uno de los conjuntos histórico-artísticos más importantes de Europa. Entre veredas y montes se alcanza Bruma, confluencia con el ramal que llega desde A Coruña. Desde esta aldea se alcanza Sigüeiro antes de llegar a la deseada Santiago.