Marwan gana día a día más adeptos. La tristeza que desprenden sus letras y poemas ha conseguido fascinar a mucho público siguiendo los mandamientos de la poesía de Mario Benedetti: sencillez y sentimentalidad. El músico presentará hoy en La Trinchera su más reciente lanzamiento, un libro-disco titulado Mis paisajes interiores.

El artista se considera «más cantante que poeta y más escritor de letras que de poemas»; sin embargo, uno de sus libros, Todos mis futuros son contigo, ha alcanzado más de 70.000 lectores. «Contando cosas que me han pasado a mí veo que la gente se identifica. Y es que al final estoy hablando de sentimientos que son comunes a todos», argumenta.

No se esconde: reconoce la fuerte influencia de Benedetti en sus textos. «Fue el primer poeta que leí». Unas lecturas que se fueron sofisticando con la incorporación de poemarios de Luis García Montero y Benjamín Prado. «Son mis modelos, al igual que Miguel Hernández o Pablo Neruda. Utilizan una poética cercana que en el fondo es bastante prosaica y profundamente emocional que a mí me interesa», explica. «Es una poesía de la calle», sentencia. En este punto, Marwan confiesa su interés por el rap. No en balde, ha colaborado con Nach -«el rapero número uno en España»- y en breve lo hará con Sharif. «Es algo natural. Hay mucho hermanamiento entre el mundo del rap y el del cantautor», señala.

Marwan confiesa su debilidad por los que sufren conflictos injustos. El motivo hay que rastrearlo en su biografía. «Mi madre es de Soria, de familia obrera, con carencias. Ella nació justo después de la postguerra. El origen de mi padre, palestino, también me ha influido mucho en mi forma de ser y ver el mundo», sostiene.

Las temáticas sociales que siempre han estado presentes en su obra «han desaparecido un poco últimamente». El motivo: «Tengo miedo de caer en el panfleto, pero no hay disco mío en el que no haya un tema social. Con la poesía he de reconocer que me atrevo un poco más a hablar de todo esto», revela. En su último libro, Todos mis futuros son contigo, hay todo un capítulo dedicado a problemáticas de la sociedad. La que ahora mismo tiene aterrorizada a toda Europa, el yihadismo, lo rechaza de plano. «Soy muy partidario de tender puentes para el entendimiento. Hay que luchar contra el yihadismo, sin duda, pero hay que analizar los motivos por los que todo esto sucede. Desde Occidente también se hacen atrocidades», apunta.

La tristeza que desprende gran parte de la obra de Marwan hay que ir a buscarla en su infancia. «Era un niño muy melancólico. Y eso me marcó mucho. Cuando uno es pequeño tiene pocas armas emocionales. Supongo que padecía de falta de autoestima y confianza. En realidad, la tristeza fue la bandera de mi niñez», confiesa. «Siempre me sentí diferente y más sensible al resto de los niños», prosigue. «Los años de terapia y de madurez me han ayudado mucho», continúa. «La alegría es para vivirla y la tristeza hay que contarla para transformarla», considera. «Borges decía que la tristeza es un medio para conquistar la felicidad y no puedo estar más de acuerdo», añade.

Marwan, quien recibió el título honorífico de músico por la paz en el Parlamento Europeo, colaboró durante mucho años con un proyecto solidario de una fundación sevillana para dar conciertos benéficos con el fin de transmitir valores a los niños.

El músico madrileño continúa hablando de referentes. Al término de esta entrevista, se confiesa fan de Sabina. «Siempre habla de los derrotados y outsiders de la sociedad y cuando se pone jocoso creo que define al español y España mejor que nadie», concluye.