El Estado tiene chantajeados a todos los habitantes de este país: pueden entrar en tu casa y acusarte de lo que les salga de la polla». «A los políticos no les tengo ningún respeto. Son todos unos payasos crueles». «Si me dejaran hacer dos telediarios, todo el mundo estaría acojonado». Son algunos de los titulares que una reciente entrevista, a propósito de su espectáculo Miedo, dejó Albert Pla. Cantante, intérprete, bufón, poeta, actor, clown, provocador, siempre genio y figura. El catalán indómito se presenta en La Cochera Cabaret este fin de semana para ofrecer eso, un ratito de terror. Dicen en el espacio escénico de la Avenida de Los Guindos que Pla «sube al escenario solo, en estado puro, con esa fuerza que tiene para convertir cualquier platea en un escenario donde teatralizar sus canciones y conseguir un espectáculo de una poética inusual devastadora y electrizante». Eso es precisamente Miedo: los temores que acompañan al ser humano desde la infancia hasta la vejez nutren el último espectáculo de Albert Pla; concebido como un concierto teatralizado en el que convergen la palabra, la música (con la colaboración de Raül Refree) y las artes visuales (con gran importancia de las impactantes proyecciones audiovisuales del estudio Nueveojos).

A veces, sepultados por toneladas de titulares más o menos epatantes, olvidamos que este hombre es el autor de algunos discos fundamentales de la historia reciente de nuestro país, como No solo de rumba vive el hombre. El propio Albert Pla sabe que su personaje se ha tragado al músico en la esfera pública: «Estoy acostumbrado a que en las entrevistas no me preguntan más que por política. Durante una época tenías que ser experto en la crisis económica griega, otras en ecología o en inmigración... Y da gracias que algún tema de alguna de tus canciones no coincida con los temas de los que se está hablando». Él tiene claro lo que importa: «Yo no me acuerdo de quién era el ministro del Interior cuando le di un beso a mi primera novia. En realidad, todo esto de la política no es tan importante».

Dice Albert Pla que Miedo es un «espectáculo íntimo» en el que parece al final que hablas de todo, de miedos propios y colectivos: «En el montaje nos han salido como 295 miedos. Los hemos ordenado un poco dramatúrgicamente, como si fueran las distintas etapas de una vida entera».

Los niños son fundamentales en la función: «Empezamos haciendo canciones para niños. Pero nos empezaron a salir canciones de miedo. Eso hace que sean canciones de miedo para niños, y a partir de ahí nos fueron saliendo otros miedos. Nuevas ideas que se alejan de los miedos infantiles. Uno ya no sabe hasta qué edad lleva dentro esos miedos infantiles», asegura.