Los propietarios confiaron al arquitecto la agridulce responsabilidad de rehabilitar su herencia y paraíso perdido para habitarlo en familia en sus anhelados retornos a Sóller. Él decidía y de él dependía recuperar la estabilidad estructural, eliminar añadidos y tópicos, acondicionar sin enmascarar su pasado agrícola, el entorno humanizado, construcciones, espacios e ingenios.

Aceptada por la familia propietaria la propuesta de actuación, se desarrollo el proyecto, materializándose durante varios años y depurándose cada semana. Con cariño y respeto.

Hoy Ca s´Hereu sigue siendo la Possesió que fue con sus montañas, naranjos y olivos, estanque, arroyo, molí de sang, cuadras, almacenes, bodegas y depósitos, pero todo habitable, como deseaba la familia Magraner, su paraíso particular.

Para habitar este legado se eliminaron los acabados, desnudando materiales y técnicas que revelaron tectónicos espacios de color y texturas de carácter propio en contenedores que se debían acondicionar.

Para ello se adoptaron las técnicas más actuales y eficientes incorporando en esta fase las funciones de partición, almacenamiento e instalaciones integradas en nuevos volúmenes prismáticos de color blanco y textura satinada.

En el mestizaje obtenido por contraste, entre antiguo y contemporáneo, reside el interés de la intervención. Una vivienda concebida para el disfrute y el descanso que se amuebló mínimamente, con sencillez, pero con piezas de gran calidad, proyectándose hacia el futuro.