Uno de los secretos de la decoración está en los detalles, pero no hace falta complicarse la vida para encender la chispa de la creatividad. Los objetos más simples y de uso cotidiano son una fértil fuente de inspiración para diseños originales.

El equipo holandés Studio Job, en la senda del maestro de la luz Ingo Maurer, crea divertidas lámparas con mucho sentido del humor y sacando de contexto objetos cotidianos, como un cubo de agua de los de toda la vida. Unos vaqueros arrugados de resina son una trampa visual que también ilumina.