Las recepciones de los hoteles han dejado de ser lugares de paso y se transforman en espacios estimulantes donde vale la pena detenerse para tomar el pulso de la ciudad. Nueva York, Berlín, parís, Londres y Venecia proporcionan sendos ejemplos de halls pensados para disfrutarlos.

En algunos hoteles los huéspedes incluso prefieren pasar más tiempo en el lobbie que en la habitación. Estas son sólo algunas de las recepciones de hoteles más impresionantes en las que quedarse merece la pena.