¿Anda buscando casa? En las listas de compraventa inmobiliaria nunca faltan los famosos. Es de suponer que la crisis afecta a algunos, pero no nos engañemos, la mayoría compra y vende por capricho.

El ex jugador de baloncesto Michael Jordan, el mejor baloncestista de la historia, vende la suya a orillas del lago Michigan, cerca de Chicago. Quince millones de dólares, en torno a los doce millones de euros. Para los interesados: 9 habitaciones, 15 cuartos de baño, dos gimnasios, un garaje para 15 coches, una cancha de baloncesto, una pista de tenis y piscina. Y una modesta sala de cine, por si da pereza salir de casa a ver los estrenos de Hollywood.

Un consejo para el futuro comprador: lo primero que debe hacer, tras pagar, es quitar de inmediato el número 23 que preside, con dígitos de casi un metro de altura, la verja de la entrada principal. A los aficionados al baloncesto no es necesario explicarles el porqué del número. A los demás, debo decirles que ese 23 es el de la camiseta de Jordan, de 50 años, seis veces campeón de la NBA y dos medallas de oro olímpicas.

El actor Leonardo DiCaprio acaba de vender la suya por 17,3 millones de dólares. Está en Malibú (California) y si bien es verdad que el lugar no es comparable con Asturias (a favor de Asturias, naturalmente), la oferta era tentadora: 17,3 millones de dólares vienen a ser unos 13 millones de euros.

La mansión del actor de Hollywood tiene siete dormitorios, 6 cuartos de baño, un gimnasio, zona de oficinas (por si quiere instalar un negocio a pie de cama) y una inmensidad de jardines. La casa llega hasta el mar, en el sentido más literal del término. Es decir, con la arena en el hall.

Si no llega a esa suma de los 15 millones de dólares, también puede optar por la casa que Cristiano Ronaldo vende al sur de Mánchester. La ciudad inglesa echa para atrás, de acuerdo, pero la mansión del 'Balón de Oro' está en plena campiña, a 24 kilómetros de distancia de las chimeneas. Cinco dormitorios con sus cuartos de baño, piscina, gimnasio y sala de cine, entre otras estancias, componen esta mansión de corte clásico que el jugador del Real Madrid compró cuando jugaba en el Manchester. Precio: 4,3 millones de euros.

La casa de Ronaldo se cotiza a mitad de precio que la de los duques de Palma. Su palacio de Pedralbes se puso a la venta por 9,8 millones, antes de que el juez embargara parte de la propiedad y chafara los planes de Iñaki y Cristina en busca de liquidez.

En todo caso, nada como la casa de los Versace en Miami, que acaba de ser adquirida por un grupo inversor por casi 42 millones de dólares. Allí murió el diseñador Gianni Versace en 1997, a los 50 años, tiroteado por un asesino en serie, Andrew Cunanan, que horas después se suicidó. La mansión Versace en Miami Beach se convirtió en lugar maldito que pasó de propietario en propietario. Llegó a ser un hotel de lujo. Ahora se abre una nueva oportunidad para la escena del crimen.

Otra que ha tenido suerte y ha conseguido vender su mansión ha sido la fotógrafa Annie Leibovitz, que se ha desprendido de una impresionante casa situada en el West Village de Nueva York, en pleno Manhattan. Situada a orillas del río Hudson y con la Séptima Avenida como límite, en realidad lo que tenía la Príncipe de Asturias de las Artes 2013 era un tres en uno: casa, hotel para invitados y lugar de trabajo, todo ello por separado. La fachada, en esquina, está cubierta por la hiedra. Más de cincuenta ventanas a la calle y, como anécdota, ¡¡¡trece!!! chimeneas repartidas por la mansión.

Leibovitz consiguión venderla por 28,5 millones de dólares (20,9 millones de euros). La fotógrafa había pagado un total de 6,1 millones de dólares (4,4 millones de euros) entre 2002 y 2003 por la compra de las tres casas, que cubren en total 949 metros.

La Príncipe de Asturias intentó vender la casa por 33 millones de dólares (24,2 millones de euros) en diciembre de 2012, pero luego redujo el precio a 29 millones (21,2 millones de euros), el pasado mes de abril. La casa cuenta con un pequeño pero muy cuidado jardín. El mobiliario es de primera. Lo ideal hubiera sido comprar la propiedad con muebles, libros... y fotos, aunque no creemos que Annie Leibovitz se dejase convencer. Al menos, por el mismo precio.