En pleno auge de popularidad tras el éxito de "Ocho apellidos vascos", sus protagonistas, Dani Rovira y Clara Lago, pareja en la vida real según la prensa del corazón, son la nueva imagen de las rebajas de unos grandes almacenes. "La peli ha sido un medio para llegar al verdadero objetivo: ser prota de las rebajas de verano", dijo Rovira.

Esta pareja de enamorados en la ficción y con muy buen "felling" en la vida real (ni confirman ni desmienten su romance) vive un momento de felicidad. "¿Que cómo estamos? Felices, imagínate que estuviéramos muertos de asco", bromeó en rueda de prensa el malagueño.

Tras el apabullante éxito de la película, con más de diez millones de espectadores en los primeros quince días, es muy posible que en 2015 Dani Rovira vuelva a meterse en la piel del andaluz Rafa y Clara Lago, en el de la vasca Amaia, para rodar la segunda parte del filme. "Aún no nos han dicho nada, no hay fecha de rodaje", dijo Lago.

A pesar del auge de su popularidad, esta joven pareja no pierde la cabeza, continúan con los pies en la tierra. "Cuando surge el fracaso no me hago sangre, y cuando llega el éxito tampoco me vuelvo loco, soy moderado", apostilló Rovira, de 33 años.

Según la prensa extranjera, Clara Lago será la nueva Penélope Cruz de Hollywood, pero ella no se lo cree, se ruboriza. "Estas cosas me las tomo como un halago, voy paso a paso. Mi objetivo es trabajar allí, pero no el único, también me gusta Europa".

Cuando se les pregunta qué destacarían el uno del otro, Lago dice de Rovira que es "un gran profesional, con un punto creativo muy chulo". Y el andaluz, además de destacar de su compañera su "generosidad", también dice de ella, en tono jocoso, que es "morena, muy amiga de sus amigas y que le gustan las cosas buenas, no las malas". Rovira apunta que vive la fama con normalidad, pero que a veces se ha sentido abrumado por la prensa del corazón apostada a la puerta de su casa.

"Reconozco que todo el mundo tiene que comer, pero la verdad es que me hubiera gustado que la prensa del corazón en lugar de observar cómo subía la compra me hubieran ayudado con las bolsas. Ninguno me habéis echado una mano", dijo con humor el actor.

Sin embargo, Lago se muestra más firme con la prensa rosa: "Sé que es un trabajo, pero no comparto que jueguen con las emociones de la gente".