El presentador barcelonés, de 39 años, se dio a conocer en Caiga quien caiga, siguió como actor en varias series (Maitena, El cor de la ciutat) y en teatro (Animales) y, tras pasar por El intermedio, conduce el concurso Lo sabe, no lo sabe, en Cuatro. Educado entre mujeres, le parece admirable que las mujeres no suelan hablar gratuitamente, aunque algunas lo hagan "sin filtro" y acaben hiriendo.

En la última temporada televisiva, el concurso de Cuatro Lo sabe, no lo sabe ha dejado patente la desenvoltura de Juanra Bonet con los concursantes que va encontrando a pie de calle. Sean hombres o mujeres, porque no encuentra distinción en ello. "No puedo afirmar que ellas tengan más deseos de salir en televisión. Los que sí que suelen salir corriendo son los treintañeros. Y quienes dan más juego son los niños y los mayores; en especial las señoras de cierta edad". No utiliza el término marujas, que considera despreciativo y sexista, porque "también habría que hablar de que hay muchos marujos".

Se considera un hombre "perfectamente adaptable" al ámbito femenino "porque, entre otras cosas, me he criado rodeado de mujeres: mi madre, mi hermana, mi abuela y mis tías. Pero también me resulta cómodo moverme entre varones. No me incomoda nadie por ser del sexo que sea; me incomodan las personas por otras razones". Según subraya, al final todo es una cuestión de respeto a las opciones que cada cual elija para que le acompañen en la vida. "Cuando se puede elegir-porque antes las mujeres no tenían alternativas -señala-. La mayoría eran madres, esposas y amas de casa. Esto hoy en día es impensable, pero es cierto que hay parejas jóvenes que prefieren mantener ese esquema de familia tradicional y otras optan por estructuras más actuales. Y ambas son elecciones respetables".

En cualquier caso, considera que las diferencias de género están prácticamente borradas: "Tanto por lo que percibo en la calle como por lo que me voy encontrando en la vida. Está todo mucho más diluido. Antes los roles estaban más marcados.

El macho era más cazador, y la hembra, más recolectora. Ahora, hay hombres más femeninos y mujeres más masculinas sin que estos calificativos tengan que ver con su opción sexual. Creo que, afortunadamente, estamos siendo cada vez más como queremos ser y no como la sociedad nos obligaba a ser".

En realidad, considera que esas divergencias entre sexos, de las que tanto se habla, tienen más relación con cómo ven los hombres a las mujeres y viceversa que con la realidad. "Lo de que el hombre es más simple y le da menos vueltas a las cosas no es cierto, al menos en mi caso-asegura-. Pero sí me han dicho, por hacerlo, que soy como una tía. Ellas se equivocan cuando se empeñan en vernos como seres más lineales de lo que somos. En algunos casos puede ser cierto, pero creo que la mayoría de los hombres se aprovechan de esto para hacerse los tontos o los ingenuos cuando conviene.

Y por otro lado, a los hombres nos cuesta aceptar que ellas nos pueden entender al cien por cien. Si alguien dice: ´Esto es cosa de hombres´, está engañándose, porque no ha tenido en cuenta la capacidad ilimitada de comprensión del sexo femenino. Subestimarla es muy peligroso".

Aunque se confiesa admirador de la mujer, en general, no tiene un tipo ideal, dice, "porque luego te pasas la vida buscándolo y cuando te enamoras se te olvida en un pispás. Pero vamos, a Natalie Portman no le diría que no". De ellas admira que no dicen nada gratuitamente. "Igual soy yo, que soy muy paranoico y muy femenino, pero me llama la atención".

Añade, sin embargo, que le disgusta ese momento en el que afirman: "Es que yo soy muy sincera". En su opinión, "la experiencia demuestra que lo que viene a continuación te va a hacer muy poquita gracia. Muchas no tienen filtro, y no me gusta la gente que hace daño o es maleducada enarbolando la bandera de la sinceridad. Hay hombres que también lo hacen, pero es un comportamiento que he observado más en mujeres".

A la hora de seducir, apunta: "Sólo puedo utilizar como arma la normalidad. No soy alto y tengo atributos estándares; ni guapo ni feo. Además, prefiero ser seducido, y eso se consigue con un poquito de ingenio y poco más". Aviso a navegantes.