PILOTO DE COCHES. "No te pares nunca" es la frase favorita del ejemplo de superación que es este afable piloto leridano, de 42 años. Un accidente de moto en un rally en Almería le provocó una lesión medular irreversible, pero su tenacidad y su afán competitivo le han empujado, de nuevo, a puestos cabeceros, ahora sobre cuatro ruedas. En el 2017 volverá al Rally Dakar.

¿Cuál es su sueño?

No es otro que mi rutina diaria, disfrutar con lo que hago. Marcarme pequeños objetivos y conseguirlos. Y estar contento con lo que hago.

¿Qué es lo más destacado que ha aprendido del mundo del motor?

Sobre todo a tener respeto por los demás, ya sean rivales o gente que está en las carreras. A superarme y a comprometerme. Sin compromiso es muy difícil hacer las cosas.

¿Por qué afirma que el accidente que sufrió en el 2007 le hizo mejor persona?

Porque la vida es muy corta y todo pasa muy deprisa. Muchas veces tenemos poco tiempo para pensar qué queremos o cómo lo queremos y el día a día nos engulle. Y a veces te pasan cosas que pensabas que sólo ocurrían a los demás. Eso exige saber llevarlo de la mejor forma posible, y el accidente me ha dado otra visión de la vida.

¿Cuáles son las peores barreras?

Las que no puedes controlar y las psicológicas, que son muy complicadas. Y tener que depender mucho de los demás. Muchas veces lo ideal sería plantearte cosas y solucionarlas tú mismo. Pero no, solemos depender mucho de los demás.

Por eso trabaja en su fundación y en el Centre Pont del CAR de Sant Cugat...

Sí, en el Centre Pont tratamos de dar herramientas a la gente que sufre una discapacidad para ayudarles en su integración. Trabajamos con el deporte porque es una herramienta mundial de integración que ayuda a sacar lo mejor de uno mismo. Desde la fundación también pretendemos aportar calidad de vida a estas personas.

Además participa en el proyecto Cojín Inteligente. ¿Por qué es tan trascendental?

Porque yo disputé el Dakar 2009 y sufrí dos llagas por presión y debido a eso tuve que estar un año y medio tumbado boca abajo entre el hospital y mi casa. El aislamiento social que supuso para mí fue muy grande. Fue peor que la propia lesión medular. Desde entonces, algunas empresas me propusieron volver al Dakar, pero lo rechazaba porque no tenía un material que garantizase mi integridad física. Más allá de que yo pudiera volver a correr, nos pusimos a trabajar en este cojín porque a todas las personas con lesión medular los médicos nos aconsejan que no estemos sentados más de 8 horas de forma continua. Entonces, ¿cómo vamos a normalizar nuestro día a día?

Es un sinsentido.

Pues con este cojín inteligente, que permite variar las presiones sobre la zona de contacto, hemos creado un producto que te permite estar sentado todas las horas que necesites, desde la mañana hasta que te acuestas.

El mejor momento del día.

Muchos, pero me gusta disfrutar de un buen almuerzo con la mejor compañía.

¿Qué hace si tiene una hora libre?

Descansar. Sentarme en una silla tomando el sol tranquilamente en casa, en Oliana (Lleida), y mirar al horizonte.

Una afición.

Algo que ya no puedo hacer: ir al bosque a buscar setas.

Una virtud y un defecto.

Soy muy tozudo, eso a veces es bueno, y otras, no tanto.