Tengo un gato que es muy cariñoso y nunca tengo problemas con él pero, de vez en cuando, me muerde. No lo hace, aparentemente, por nada. Puedo estar simplemente acariciándolo y, cuando me descuido, me arrea el bocado. ¿Qué puede ocurrirle?

La primera cuestión que debes tener clara sobre los gatos es que ellos están contigo cuando quieren, no cuando tú quieres. Recibirán con cariño tus caricias cuando les apetezcan pero, en caso contrario, las rechazarán sin tapujos. Ese, por ejemplo, es uno de los motivos más habituales de mordedura, pero no el único.

Aparte del anterior, los gatos suelen morder, en general, cuando jugamos con ellos porque acaban interpretando que nuestras manos o piernas son juguetes. También pueden morder cuando están nerviosos y contentos, o estresados y atemorizados. En estos casos, lo hacen como expresión natural de un estado anímico, o como una respuesta de defensa o ataque ante un peligro. De todas formas, existen también enfermedades cuyo malestar puede provocar estados de agresividad. Lo mejor, como siempre, es que consultes a tu veterinario para descartar las mismas.