El esmalte de uñas ayuda a mejorar la estética de los pies, especialmente en verano cuando se utiliza un calzado abierto. Sin embargo, según ha avisado el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana, su uso excesivo puede ocasionar la aparición de hongos, grietas o descamaciones.

"Muchas personas cuando ven que a lo mejor tienen rugosidades en las uñas o un tono amarillento, deciden camuflar estas anomalías pintándose las uñas y esto no hace nada más que agravar el problema porque lo oculta y continúa con su evolución", ha avisado el presidente del ICOPCV, Alfredo Martínez.

Ante esto, el experto ha comentado las cuatro precauciones básicas que hay que tomar para proteger la salud de las uñas:

1. Deben respirar. Por eso, se aconseja dejar unos días de descanso entre un esmaltado y otro y utilizar un calzado que deje el pie al descubierto. Cuando en otoño comencemos a utilizar un calzado más cerrado es esencial retirar la laca de uñas ya sea provisional, fija o uñas de gel, para que la uña respire y pueda ser nutrida durante el invierno.

2. Estar muy atentos a la fecha de caducidad. Los esmaltes de uñas tienen una caducidad de 12 meses a partir de la fecha en que fueron abiertos. Fuera de este plazo, reducen sus propiedades, su composición puede deteriorarse y afectar a la salud de las uñas.

3. Es recomendable utilizar quitaesmaltes sin acetona porque perjudican menos a la uña y a la piel de alrededor.

4. Nunca deben retirarse las cutículas de las uñas del pie. Y es que, no tienen la misma función que la de las manos y su función es importante.