Colores vivos, faldas y hombros con mucha amplitud y cinturas marcadas, así ha sorprendido el desfile de Carolina Herrera de la colección de Primavera-Verano 2018, que se ha celebrado por primera vez en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

Estampados combinados con amarillos y morados realzando líneas muy femeninas consiguieron hacer un desfile alegre en un día triste -coincidió con el aniversario del 11 de Septiembre-. El sello de la casa, los lunares y las rayas se reinventan con colores vivos y accesorios como botones y espejos.