El ser humano no está lo suficientemente preparado para permanecer de pie durante varias horas. De hecho, es el único vertebrado y bípedo en postura totalmente vertical cuyo peso corporal se sostiene sobre dos únicos puntos de apoyo. Esto se debe a aspectos evolutivos, como sostiene el podólogo Ángel González de la Rubia, presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva. "Como bípedos, aún no hemos fjavascript:cargarFckEditor('pTexto');inalizado el proceso evolutivo, y la evidencia la constatamos en el elevado índice de patologías asociadas a esta posición", señala. El dolor de espalda es la primera causa de baja laboral en España, y uno de los motivos que lo provocan es el estar de pie o en una misma posición durante mucho tiempo.

Cinco, treinta minutos, una hora en posición vertical son soportables. Es a partir de las dos horas cuando esta postura puede acarrear problemas para la salud, según explica Montse Nuevo, fisioterapeuta y presidenta de la Sociedad Catalano-Balear de Fisioterapia. "Las personas que permanecen de pie un 25% de su jornada laboral pueden sufrir lumbalgia, y quienes pasan de pie hasta un 45% del tiempo de trabajo pueden sufrir, además, daños en los pies y las piernas", añade.

Las dolencias no se reducen a espalda y extremidades inferiores. Carles Espinosa, podólogo y secretario del Colegio de Podólogos de Catalunya, cita otras, por ejemplo, patologías circulatorias como varices y edemas y, a largo plazo, patología degenerativa en zonas de la columna vertebral o rodillas y atrofia del tejido subcutáneo del pie por excesiva carga localizada en los puntos de presión.

La bipedestación duradera requiere un considerable esfuerzo muscular –incluso cuando se está de pie sin moverse–, algo que comporta una reducción del suministro de sangre a los músculos que soportan la carga. Un flujo insuficiente acelera el inicio de la fatiga y provoca dolor en los músculos que intervienen en mantener esta posición (piernas, espalda y cuello).

Existe una serie de consejos y precauciones para aquellas personas que deben permanecer de pie obligadamente, principalmente porque se lo exige su trabajo, pero que también son aplicables al resto de las personas. La postura, el lugar de trabajo o lo que se conoce como ergonomía y el calzado son algunos de los elementos básicos que tener en cuenta para no fatigarse tanto y evitar futuros problemas de salud. Los expertos también aconsejan practicar ejercicios y seguir unos trucos, durante la permanencia de pie y después.

Con respecto a la postura general del cuerpo, la cabeza debe mantenerse en un plano frontal o flexionarse ligeramente. La fisioterapeuta Montse Nuevo aconseja evitar mantener los pies juntos y sí separarlos para aumentar la base de sustentación. Además, la carga del peso corporal debe intentar distribuirse entre las dos extremidades inferiores, evitando así sobrecargas de una única pierna. Para ello se debe alternar la sustentación de un pie con el otro, para mejorar así el retorno de la circulación venosa, según explica el podólogo Carles Espinosa. Los cambios de postura a lo largo de la jornada laboral también son indicados para evitar las sobrecargas.

La aplicación de estrategias ergonómicas o diseñar el lugar de trabajo a fin de adecuarlo a las capacidades humanas e impedir lesiones es algo en lo cual invierten o deberían invertir las empresas. Mesas y sillas ajustables o que el puesto del trabajador sea espacioso para que permita cambiar la posición del cuerpo son cuestiones tan básicas que hoy ya no deberían plantearse. La comodidad o una correcta ergonomía del trabajador multiplican exponencialmente su rendimiento.

Los pies son la referencia física que pone en contacto con el suelo. Vendrían a ser los cimientos de un edificio, por lo que no sólo deben estar en buen estado, sino que también hay que utilizar un calzado apropiado en cada situación: no será igual trabajar en una fábrica de pie que andar kilómetros.

Virginia Novel, presidenta del Consejo General de Colegios de Podólogos, apunta: "Lo lógico sería que el calzado se adapte a nuestros pies y no a la inversa, por lo que unos buenos zapatos serían los que respetaran la fisiología de los pies, es decir, que se adaptaran tanto al largo como al ancho del pie". Y es que los especialistas coinciden en que en España todavía se prima más la estética que la salud. Y no será porque no existan experiencias empresariales innovadoras que buscan propiedades adicionales a la comodidad para que ayuden a la buena salud. Abel Galindo, fisioterapeuta y director de la academia MBT, la marca que ha popularizado el calzado de suela convexa, indica que una de las fórmulas para ejercitar más la musculatura de pies y piernas es andar descalzo. "Las personas tenemos la capacidad de adaptarnos al terreno, pero la mayoría caminamos por asfalto y superficies uniformes, con lo cual estas capacidades, al no desarrollarse, se pierden", añade. Solución: crear un zapato que permita el movimiento natural del pie. "Se trata –dice Galindo– de una pisada flotante, como si nos desplazáramos por la arena de la playa, lo que obliga a trabajar más a todos los músculos de pies, tobillos y piernas; amortigua el impacto de la pisada y obliga a andar más erguido". Las siglas MBT provienen de Masai Barefoot Tecnology, ya que su creador se inspiró también en los masái.

El calzado de suela curva, aunque no es ortopédico, sí que está reconocido como producto médico y es muy recomendable para personas con vidas sedentarias, ya que con sólo andar unos minutos al día con ellos se ejercitan más todos los músculos.

La innovación también está a la orden del día en las zapatillas deportivas, con suelas cada vez más perfeccionistas en cuanto a la amortiguación del impacto de la pisada. De la Rubia, especialista en fisioterapia deportiva, considera un zapato correcto el de media suela (sobre todo, que no sea muy delgada ni plana), ligero y que transpire. La evidencia de que en España aún prima la estética es que se ve a poca gente utilizar deportivas para las tareas rutinarias, cuenta, a diferencia, por ejemplo, de en Estados Unidos.

Los especialistas ponen la atención sobre los zapatos femeninos. "Estos deben ser suficientemente anchos, tanto de antepié como de puntera, ya que estas últimas pueden deformar los dedos de los pies", apunta Novel. A la hora de comprar el calzado, se recomienda hacerlo a última hora de la tarde, ya que a lo largo del día el pie se suele hinchar un poco.

Para quienes deban estar de pie de manera prolongada es aconsejable –según los expertos consultados para este reportaje– llevar a cabo ejercicios de estiramientos de piernas, así se mejora el riego sanguíneo. Otro truco es cambiar de calzado en mitad de la jornada laboral, porque de esta forma varían los puntos de apoyo en la planta del pie y se evitan sobrecargas.

Una vez finalizada la jornada o el periodo de tiempo en que se ha permanecido de pie, es relajante y saludable un baño de pies, con agua templada o fría. Y después del secado, la aplicación de crema hidratante masajeando bien la zona del pie en sentido ascendente (desde los dedos hasta las piernas). En el caso de personas que trabajen de pie durante toda la jornada, como puede ser el caso de los trabajadores de comercios, se recomienda caminar durante 30-45 minutos continuos después de la jornada; de esta manera se produce una activación de todo el sistema circulatorio. Lo que está claro es que ante cualquier duda o problema crónico, lo importante es acudir a un especialista, sea podólogo, fisioterapeuta o médico.