Tras las fiestas de Navidad, aumenta el número de personas que acuden a la consulta del podólogo por el uso de tacones altos -a partir de tres centímetros-, pues generan sobrecargas y problemas en la piel, asegura el presidente del Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana, Alfredo Martínez, quien recomienda unos zapatos anchos que no excedan de los dos o tres centímetros.

"Después de la Navidad, los pacientes acuden con problemas causados por un mal uso de los zapatos, se quejan de un dolor agudo", insiste este experto a Europa Press, para luego precisar que la utilización continua de tacones altos puede generar una sobrecarga en la zona del antepie e inflamaciones articulares.

En general, describe, "cuanto más alto sea un tacón, cuando más se levanta el pie, más sobrecarga se produce" y, entonces, se genera un "peor funcionamiento" de la articulación del tobillo. A este respecto, este experto lamenta que "los supertacones de moda tengan entre 12 y 14 centímetros".

Martínez explica también que "los tacones suelen ir asociados a punteras estrechas" y, por ello, también generan "problemas circulatorios por la presión". Además de que dificultan el caminar correctamente y alteran la posición natural del pie, lo que hace que aparezcan problemas funcionales.

Así, este experto señala que, a través de los desequilibrios que se producen en la biomecánica del pie pueden surgir problemas en la espalda, principalmente en la zona lumbar y cervical, que generen, a su vez, mareos.

"El elevado cambia la biomecánica del cuerpo, hace trabajar mal a unos grupos musculares que hacen falta para mantener el equilibrio, por eso hay dolores de espalda", concreta el presidente del Colegio de Podólogos de la Comunidad de Valencia.

Dedos en garra o callos

En general, el uso de calzado inadecuado es la causa de la aparición de dedos en garra -contractura de una o dos articulaciones del segundo, tercero, cuarto o quinto dedo del pie-, callos y, en el caso de las personas que lo utilizan con mucha frecuencia, deformaciones óseas.

En relación a los juanetes, este experto explica que, aunque es una patología que aparece naturalmente, "un calzado mal adecuado, especialmente con unas puntas estrechas, puede fomentar una aparición más rápida".

En este caso, cuando la deformidad no puede corregirse con un calzado adecuado e interfiere la vida del que lo padece, es preciso una intervención quirúrgica, dice.

Peores zapatos, por la crisis

Por otro lado, este experto, quien considera que la calidad del calzado ha mejorado con el paso de los años, lamenta que algunos zapatos "que llevan mecanismo corrector de la pisada y que están hechos de manera estandarizada" no sirvan para todos los públicos.

Además, lamenta que, por la crisis económica, haya personas que estén comprando calzado hecho con material de mala calidad. "Lo ideal son aquellos naturales, de cuero o piel. Los calzados sintéticos no deben utilizarse de manera continuada", concluye.