En los últimos meses nos han llegado numerosas noticias que hablan de una peligrosa moda entre los jóvenes a la hora de consumir alcohol. Según circula por Internet, lo último para emborracharse es meterse el alcohol por los ojos o por la vagina (en el caso de las chicas) o por el ano (en el caso de los chicos) impregnando tampones. Estas prácticas se conocen como ´tampodka´ o ´tampax on the rocks´.

De esta manera, el alcohol pasa directamente a la sangre, sin ser filtrado por el hígado y sus efectos se notan así más rápidamente. Según los expertos, los efectos de estas prácticas son muy peligrosos y pueden ser muy graves para la salud.

'Tampodka' y 'Eyeballing'

Los casos de ´tampodka´, tal y como explican los médicos, están asociados con la práctica del botellón. Aquí lo que prima es emborracharse lo más rápido posible. De ahí el uso de métodos como los citados. Según indica el médico asturiano Eduardo Carreño, "la zona de la vagina y el ano está muy irrigada, con lo que la absorción del alcohol es mayor". El riesgo, explica, es que se puede producir un shock alcohólico con mayor facilidad, y todo puede derivar en el fallecimiento. No hay que olvidar "las repercusiones locales de esta práctica", añade Carreño. "El alcohol puede cargarse la mucosa de la vagina, debido a las infecciones que pueden producirse", señala.

La práctica del ´tampodka´ es similar a la del ´eyeballing´, que consiste en absorber el alcohol a través del ojo. Este método para emborracharse puede producir trombosis en la córnea, lo que conlleva la disminución de la visión o la pérdida del campo visual. En el peor de los casos puede producir ceguera.

El catedrático de Toxicología Arturo Hardisson de la Torre, añade que el efecto que esto tiene sobre el ojo es muy nocivo, porque el alcohol es un desecante y los globos oculares necesitan tener humidificación. En principio, el alcohol machaca la conjuntiva del ojo, causándole un daño tópico pero, en el caso de que se prolongasen estas conductas, podría derivar en un daño funcional, con riesgo de lesiones en la córnea y la posibilidad de una ceguera a largo plazo. Además, también existe el riesgo de contraer infecciones tanto en el ojo como en la vagina o el ano.

Una práctica de "integración" peligrosa

El médico Eduardo Carreño señala que, en el caso de los chicos, la práctica del ´tampodka´ parece tomar la forma de un mal entendido "rito de iniciación", una forma de integrarse en una nueva pandilla de amigos. Carreño deja claro que el uso de tampones impregnados en alcohol no puede ligarse en absoluto a un trastorno mental y que los jóvenes que lo llevan a cabo son totalmente "normales". Y reconoce que es fácil que este tipo de información llegue a los jóvenes, ya que: "Todo está en internet".

Ante estas prácticas los expertos piden una labor de prevención y advertencia de las consecuencias nefastas que puede traer este método para emborracharse de forma rápida y más potente.