Superar una ruptura puede ser muy difícil, sea cual sea la razón que ha llevado a romper con la pareja. En ocasiones el cambio de estado civil resulta un alivio pero en la mayoría de los casos supone un desajuste emocional y siempre un cambio de vida personal y familiar.

Según los datos de septiembre de 2013 del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el año 2012 se produjeron un total de 110.764 nulidades, separaciones y divorcios. Los divorcios representaron el 94,1% del total, las separaciones el 5,8% y las nulidades el 0,1% restante.

Los datos del INE muestran también que el mayor número de rupturas tuvo lugar en la franja de edad entre 40 y 49 años, tanto en hombres como en mujeres, y que la duración media de los matrimonios era de 15,5 años. En cuanto a los hijos, el 42,5% de los matrimonios que dejaron de serlo no tenían hijos.

Más allá de los datos fríos sobre esta realidad que afecta a muchas personas, hay una serie de aspectos a tener en cuenta que pueden ayudar a superar esta ruptura:

1. Tener sentimientos muy diferentes e intensos no es malo: Es normal sentirse triste, enfadado, cansado, frustrado y confuso y todos estas sensaciones pueden ser intensas. También es habitual sentir ansiedad en relación al futuro. Hay que aceptar que las reacciones de este tipo disminuirán con el tiempo. Incluso si en el matrimonio no existía una relación saludable, aventurarse en lo desconocido genera miedos.

2. Date un respiro: Deja que afloren estos sentimientos y que tu funcionamiento se encuentre en niveles más bajos durante un tiempo. Se puede bajar la productividad laboral o dejar de estar tan pendiente de los demás por un periodo corto. No existen el superhombre ni la supermujer. Es necesario tomar el tiempo necesario para encontrarse mejor y recuperar la vitalidad.

3. No afrontes la situación en soledad: Compartir los sentimientos con los amigos y la familia puede ayudar a pasar por este periodo. Los grupos de apoyo de personas en situaciones similares pueden ser un buen medio de expresar estos sentimientos y recabar comprensión. El aislamiento puede producir niveles de estrés, reducir la concentración y ser un obstáculo en el trabajo, las relaciones sociales y la salud. No hay que temer pedir ayuda.

4. Cuídate emocional y físicamente: Realizar ejercicio, comer bien y relajarse son herramientas para mejorar el estado de ánimo de igual forma que la continuación con las rutinas habituales. Es recomendable evitar tomar decisiones importantes o realizar cambios vitales. Emplear el alcohol, las drogas o el tabaco como vía de escape, sólo conduce a más problemas.

5. Evita discusiones fuertes con tu cónyuge o ex: Si una discusión comienza a convertirse en una pelea, sugiere con calma que ambos intentéis hablar más tarde y abandona el lugar o cuelga el teléfono.

6. Explora tus intereses personales: Reconecta con las cosas que disfrutabas de forma individual sin la pareja. Es el momento de tomar clases para desarrollar alguna afición, realizar actividades como el voluntariado o disfrutar de los amigos o hacer nuevas relaciones.

7. Piensa en positivo: Descubrir nuevas actividades y amigos y tener expectativas razonables podrían hacer esta transición más fácil. Es importante ser flexible y aunque hay que mantener las tradiciones familiares, algunas sufrirán ajustes, es el momento para crear nuevas actividades en familia.

8. La vida volverá a la normalidad: Aunque 'normal' implicará algo diferente de lo que originalmente hubieras deseado.