El running despierta pasiones tanto en nuestro país como más allá de nuestras fronteras. Los médicos y entrenadores físicos recomiendan realizar ejercicio físico moderado, todo con el objetivo de mantenernos en forma. La vida sedentaria es un riesgo para nuestra salud, y para dejarla de lado... ¿qué mejor forma que calzarte tus zapatillas y salir a correr?

Los beneficios del running son múltiples y sabidos; además de ser un deporte fácil de realizar y al alcance de cualquiera, mejora el estado de ánimo, controla nuestro peso, nos mantiene en forma...

No obstante, los runners deben adoptar una serie de precauciones para evitar lesionarse durante la práctica de su deporte favorito. Existen dos grandes causas en las dolencias típicas de un corredor: las asociadas a una técnica inadecuada y las asociadas a la acumulación de esfuerzos. Las lesiones se disparan a partir de los 35 años si no se realizan estiramientos y descansos estipulados y esto puede desencadenar dolores en pies, espalda y/o piernas.

La acumulación de esfuerzo provoca pequeñas micro-roturas e inflamaciones que puede acabar provocando una lesión; si ésta no se trata bien puede convertirse en crónica.

Nuestro cuerpo, nuestra alarma

Nuestro organismo suele advertirnos de que hay algo que no funciona correctamente a través de señales como calambres, contracturas, distensiones... Hay que escuchar a nuestro cuerpo y dejarle tiempo para recuperarse (los jóvenes necesitan tiempos de recuperación menores).

Nuestro cuerpo nos avisa de que algo está a punto de fallar mediante señales como calambres o contracturas.Fotos: Getty Images

Las lesiones típicas del corredor están directamente relacionadas con las articulaciones como pies, rodillas, pelvis, piernas...

Lesiones comunes en los pies: fascitis (inflamación de la fascia, el tejido fibroso que recubre los músculos y huesos) y tendinitis de Aquiles (inflamación del tendón de Aquiles, típicamente transitoria).

Lesiones comunes en las piernas: periostitis (inflamación del periostilo, el nexo de unión entre la tibia y los gemelos, tíbiales y peronéos) e inflamación del tendón rotuliano.

Lesiones comunes en la pelvis: inflamación de los músculos isquiotibiales, psoas (músculo profundo de la cadera) o del músculo piramidal (se encuentra en la parte antero-inferior del abdomen).

Otras lesiones comunes del runner: bursitis (es la hinchazón e irritación de una bursa, un saco lleno de líquido que actúa como amortiguador entre los músculos, los tendones y los huesos.)