A casi todo el mundo le gusta el sexo, pero ¿qué pasaría si experimentaras continuamente orgasmos sin buscarlo? Esto es lo que le sucede a Amanda Gryce, una joven estadounidense de 24 años que sufre una extraña patología conocida como TEGP o Trastorno de la Excitación Genital Permanente.

A pesar de vivir en una lucha constante contra su propio cuerpo, puede llegar a tener hasta 50 orgasmos al día. Esto le ocurre desde que era niña y ha hecho que su vida se convierta en una pesadilla. Incluso, admite, llegó a pensar en el suicidio.

El movimiento del coche, la vibración de un móvil o las vibraciones sonoras de un concierto o del sonido de un cine, la pueden llegar a estimular y provocarle un orgasmo.

"En lugar de ser una cosa hermosa como se supone que debe ser, comienza a convertirse más en una molestia", le dijo la mujer a Barcroft TV el año pasado. "Se supone que placer debe ser algo bueno, pero cuando lo tienes durante tanto tiempo, es como comer demasiado dulce -algo que es realmente bueno y que te hace feliz, pero luego empiezas a hartarte de eso, porque has tenido demasiado de ello".

Después de hacer pública su patología y de salir en varios medios de comunicación, Amanda contactó con el doctor Robert Echenberg, experto en dolor pélvico crónico. En su intento por curarla, el doctor ha recomendado que su paciente evite completamente cualquier tipo de contacto sexual mientras esté bajo tratamiento.

Gryce conoció a su novio Stuart Triplett, de 22 años, en un sitio de citas, y él la apoya con el tratamiento y la terapia. Siguiendo el consejo del doctor sobre abstenerse, así como sesiones de terapia física de manera regular, Gryce ha comenzado a notar resultados positivos e inmediatos.