En la clínica dental Crooke & Laguna nos gusta asesorar a nuestros pacientes, informarles de todas las opciones de tratamiento y aconsejar la más adecuada para su boca. Cuando hemos perdido o vamos a perder todas las piezas dentales tenemos un abanico de posibilidades muy amplio para restaurar la función y la estética pérdidas. Sin entrar en todas las variantes posibles, quisiéramos explicar las opciones más comunes de tratamiento.

La opción más básica y económica es lo que se conoce como sobredentadura, que es una prótesis de quita y pon retenida por 2-4 implantes pero que se apoya en la encía. La ventaja respecto a las dentaduras completas de toda la vida, es que evita la movilidad de la prótesis durante la masticación y el habla. El inconveniente es que se sigue apoyando en la encía, con lo cual periódicamente hay que hacer ajustes para evitar aftas y heridas.

La siguiente opción sería una prótesis fija con prótesis híbrida metal-resina. Estas prótesis idealmente deben ser soportadas por 5-6 implantes al menos. No tienen paladar, el paciente no se la puede quitar y no apoyan sobre la encía. Siempre llevan dientes y encía rosa, por lo que no sirve para pacientes que enseñen su propia encía al sonreír, ya que se vería la unión entre la encía falsa y la verdadera y quedaría estéticamente inaceptable. El inconveniente, es que se desgastan con el tiempo y que van en una sola pieza.

La opción ideal, por biocompatibilidad, duración, estética y facilidad de higiene sería realizar una prótesis en metal-porcelana o en zirconio sobre 8-10 implantes.

Esto presenta la ventaja de poder realizar una prótesis por tramos, dividiendo las cargas y reduciendo tensiones. Al igual que sí tenemos una mesa larga queremos mayor número de patas, al rehabilitar todo un maxilar es mejor aumentar el número de implantes para tener más apoyos y dividir la estructura en tramos. Además la cerámica es más biocompatible que la resina, por lo que la encía responderá mejor. Aún así, dependiendo de la disponibilidad ósea, de que dientes haya en el maxilar contrario y de si el paciente es bruxista o no, se elegirá un tipo de prótesis u otra. Lo que sí es muy importante, es planificarlo antes de la cirugía, para que los implantes se coloquen en la localización y con la angulación adecuada.

En algunos casos, no hay hueso disponible y hay que recurrir a la regeneración ósea. En los casos severos del maxilar superior hay 2 opciones básicas: realizar elevaciones de seno (injerto de hueso en las cavidades de los senos maxilares) o implantes zigomáticos. Lo primero nos da la ventaja de poder colocar mayor número de implantes y así poder hacer prótesis por tramos. Los zigomáticos, por otro lado, son una opción más rápida, ya que el mismo día que ponen los implantes se coloca una prótesis fija, pero obliga a una prótesis de una pieza, y es una cirugía con más riesgos por las estructuras anatómicas que atraviesa.

En el maxilar inferior, si nos falta hueso, se puede recurrir a la regeneración ósea con membranas e injertos óseos, combinando hueso del propio paciente (de la misma boca, ya no hay que recurrir a la tibia ni otras zonas) con un xenoinjerto.

Dada la complejidad del asunto que tratamos, es muy importante un buen asesoramiento y ponerse en buenas manos antes de estrenar sonrisa.