La Fundación Piel Sana explica que la dermatitis atópica es una enfermedad cutánea crónica, que cursa con picor y rojez en la piel. Se asocia con frecuencia a otros trastornos atópicos. Afecta a un 3-10 por ciento de adultos. Tiene la misma incidencia en hombres que en mujeres e, inicialmente, afecta a todas las razas. Aunque, en los países en vías de desarrollo es poco prevalente, lo que apoyaría la teoría de que los factores ambientales influyen de forma importante en la aparición de la enfermedad.

Entre los niños les afecta al 10-20 por ciento. Suele iniciarse en los primeros años de vida, aunque a veces aparece más tarde, e incluso en la edad adulta. Los brotes aparecen generalmente en los pliegues de brazos y piernas, cara, manos y pies. La causa principal de su aparición es que los niños con dermatitis atópica tienen ya al nacer una composición diferente de la última capa de la piel que no puede realizar su función de proteger de la deshidratación, de las agresiones y de las infecciones.

Para cuidar la piel atópica, lo más importante es mantener la piel bien hidratada. En caso de brote se emplean corticoides tópicos, inhibidores de la calcineurina, fármacos inmunosupresores por vía oral, y tratamiento con rayos ultravioletas. En caso de sobreinfección, se emplean antibióticos. Entre los factores desencadenantes de los brotes estarían: falta de hidratación; estrés; factores irritantes como el cloro; los perfumes; los jabones agresivos; o la ropa sintética; las infecciones; el sudor; o los climas fríos y secos.Mejoran en verano

No obstante, la doctora Marta Alegre, dermatóloga de la Clínica Liberty de Barcelona, señala que las pieles atópicas suelen mejorar con la llegada del verano, mientras que empeoran en el invierno. "En verano, el sol produce un efecto inmunosupresor, con lo cual disminuye la reactividad de la piel de estos pacientes y esto se acompaña de una mejoría de síntomas. Eso sí, hay que tener cuidado porque podría empeorar en caso de que los baños sean repetidos y con exposiciones muy prolongadas al cloro, que puede llegar a ser muy irritante", indica la también especialista del Hospital Plató de Barcelona.

En este punto, la experta de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) advierte de que para algunas personas el verano no es bueno y puede provocar otro brote, debido a las exposiciones prolongadas al cloro de la piscina, así como a la sudoración excesiva, o al aire acondicionado, que puede llegar a secar la piel.

A su juicio, hay que aconsejar la hidratación intensiva de la piel porque los baños excesivos conllevan a la sequedad y con ello, a un aumento de probabilidades de que la dermatitis atópica rebrote. "Eso sí, hay que tener en cuenta el efecto beneficioso del sol. Supone una ventaja para estos pacientes", recuerda.

Consejos para evitar un nuevo brote

En este sentido, Alegre detalla una serie de consejos para evitar un nuevo brote:

1. Hidratar muy bien la piel. Además, hay cremas hidratantes de efecto plus.

2. Aplicar cremas con función barrera, crean una función aislante justo antes de la piscina.

3. En cuanto al sudor, mantener las zonas del cuerpo con mayor actividad de sudoración bien ventiladas.

4. Utilizar ropa de algodón. Las fibras sintéticas son menos aconsejables.

5. En la ducha, evitar el uso de esponjas, jabón para pieles atópicas, sin detergentes, y sólo en aquellas zonas en las que haya que utilizarlas, como en los pliegues del cuerpo. Agua no muy caliente, templada.

6. Al secarse nunca frotar. El albornoz es lo más aconsejable.

7. Ventilar la habitación porque el polvo es enemigo de las pieles atópicas.

8. Baños en el mar o en la piscina, sí, pero de corta duración porque si no se irritará la piel.