La sociedad actual funciona a un ritmo vertiginoso que obliga a muchos ciudadanos a planificar estrategias para conseguir llegar al final del día con todas las tareas cumplidas. Así, las personas se ven obligadas a realizar sus deberes diarios de forma rápida y las necesidades biológicas en ocasiones se ven relegadas a un segundo plano.

Todos estos factores afectan negativamente a nuestra salud causando diferentes problemas. El sistema circadiano, una especie de reloj interno, se puede ver perjudicado por disrupciones causadas por nuestro estilo de vida y derivar en diversas enfermedades. Esta desregulación tiene cierto impacto además en el efecto que producen los alimentos ingeridos, algo que viene a paliar la crononutrición.

La Fundación Española de la Nutrición (FEN) explica que la crononutrición es "la disciplina que consiste en respetar el ritmo natural del organismo e ingerir los alimentos cuando el cuerpo se encuentre más preparado para asimilarlos". Los cambios en esta especie de reloj que posee nuestro organismo "condicionan el efecto que producen los alimentos según la hora del día a la que los consumamos".

Siempre se le ha otorgado importancia al tipo de comida que ingerimos y a la energía y los nutrientes que otorgamos a nuestro cuerpo. Pero, el momento del día en el que se ingiere el alimento ha pasado más desapercibido hasta hace algunos años. Sin embargo, varios estudios evidencian la relación que existe entre el horario de las comidas y la predisposición a padecer ciertas enfermedades, como, obesidad, diabetes, cáncer o incluso el envejecimiento prematuro. "Es bastante conocido el control circadiano de la función cardiovascular, de las hormonas involucradas en el metabolismo, como la insulina, el glucagón, la hormona del crecimiento y el cortisol", manifiesta la entidad.

Los horarios habituales en España no favorecen al correcto mantenimiento de los ritmos circadianos, ya que "se suele comer y cenar tarde, son horarios que no son beneficiosos para la correcta secreción hormonal, lo que supone un riesgo para la salud", advierte la FEN. Sin embargo, no todos son malas noticias. España cuenta con una ventaja: la dieta mediterránea. Si además añadimos la práctica de actividad física, un sueño de calidad, si evitamos los altos niveles de estrés y disfrutamos de la naturaleza, mejoraremos nuestra calidad de vida.

Otro de los beneficios de la crononutrición es el de su utilidad para las personas que desean adelgazar, ya que resulta una herramienta útil para perder peso de forma más efectiva. Sin embargo, las costumbres españolas tampoco contribuyen al adelgazamiento. De hecho "un estudio realizado por Marta Garaulet en 2013 muestra cómo en España comer después de las tres de la tarde supone una menor pérdida de peso con respecto a aquellos que comían antes de las tres, siendo este efecto independiente de la ingesta calórica", informa la Fundación Española de la Nutrición.

Recomendaciones de la FEN

  • Seguir una dieta mediterránea
  • Ingerir la comida principal del día antes de las 15:00 horas y cenar al menos dos horas antes de ir acostarnos.
  • Evitar comer en horas de sueño
  • Dedicar entre 15 y 20 minutos para el desayuno, al menos 30 minutos para el almuerzo y una hora para la comida.
  • Dormir durante la noche, entre siete y ocho horas y estar activo durante el día. Siempre que sea posible, se debe dormir con oscuridad.
  • Si se echa una siesta al mediodía, debe ser de 20 minutos.
  • No realizar actividad física durante las dos o tres horas antes de dormir.