El aumento de la esperanza de vida ha multiplicado en las últimas décadas los casos de alzhéimer diagnosticados. Según la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican 40.000 nuevos afectados. Actualmente, en nuestro país se calcula que hay más de un millón de personas que sufren Alzheimer, afectando al 5% de la población mayor de 60 años, al 20% de los mayores de 80 años y al 30% de los mayores de 90 años.

Unas cifras que según la Organización Mundial de la Salud, que hoy conmemora el Día Mundial contra el Alzheimer, seguirán disparándose en los próximos años a causa del envejecimiento poblacional.

Aunque se trata de una enfermedad cuyas causas son fundamentalmente el producto de la interacción de mecanismos genéticamente determinados con factores evolutivos propios del individuo o consecuencia de su interacción con el medio, existen una serie de hábitos que ayudan a minimizar el riesgo de sufrirla o, al menos, a retrasar su aparición.

Hacer deporte

Los niveles más altos de actividad física diaria pueden proteger contra el deterioro cognitivo y la neurodegeneración (pérdida de tejido cerebral) causada por la enfermedad de Alzheimer. Los expertos recomiendan el ejercicio físico moderado al menos tres veces a la semana.

Alimentación sana

Una dieta equilibrada y saludable es fundamental para minimizar los riesgos de sufrir la enfermedad. Varios estudios ponen especial énfasis en la necesidad de seguir una dieta rica en ácidos grasos omega 3 y vitaminas.

Ejercitar el cerebro

Al igual que debemos que tener una buena rutina de ejercicio físico tenemos que mantenerla con nuestro cerebro. Servirá para evitar, o al menos retrasar, la aparición del Alzheimer. Todo es válido. Leer, aprender un idioma, hacer crucigramas o sudokus, apuntarse a un curso, hacer cálculos matemáticos, todo lo que haga a nuestra mente esforzarse es positivo.

Eliminar el tabaco

El tabaco es origen o potenciador de tantas enfermedades que habría que erradicarlo de nuestra vida de manera fulminante. En el caso del Alzheimer, su influencia es notable. En este sentido, los estudios señalan que las personas fumadoras tienen un riesgo un 45 por ciento más alto de sufrir demencia.

Proteger nuestra cabeza

Estudios científicos han demostrado que las personas que han sufrido un traumatismo craneoencefálico grave tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer cuando llegan a los 60-70 años, aunque el golpe se haya producido durante la juventud y se hayan recuperado perfectamente del traumatismo. Así que es importante proteger nuestra cabeza para evitar golpes.