El cambio de hábitos durante la pandemia con un consumo intensivo de dispositivos tecnológicos y pantallas ha disparado las enfermedades oculares, como el ojo seco y la miopía, que han crecido especialmente entre la población más joven.

En una jornada online sobre "la salud ocular en tiempos de pandemia", el director médico del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), Daniel Elíes, también se ha referido al retraso en los controles oftalmológicos debido al confinamiento y ha advertido de que en las consultas se están viendo más casos de pacientes en estado más grave o avanzado que hace un año, con enfermedades crónicas o degenerativas.

En la jornada de este martes, en la que se ha presentado el primer estudio sobre "Salud ocular en tiempos de pandemia", impulsado por el grupo oftalmológico Miranza, el 30 por ciento de los entrevistados ha afirmado que su visión ha empeorado desde el inicio de la pandemia y, pese a ello, un 75 por ciento ha reconocido que no ha consultado a un especialista en los últimos meses.

El 49 por ciento ha argumentado el miedo al contagio para no acudir a las revisiones oftalmológicas, mientras que un 28 por ciento lo ha achacado a las restricciones dictadas por las autoridades sanitarias.

Respecto al mayor tiempo que se pasa delante de las pantallas, los expertos en salud ocular han advertido de que aumenta el riesgo de padecer enfermedades oculares, especialmente fatiga ocular (98 por ciento) seguido de astenopia acomodativa o de convergencia (93 por ciento), es decir, fatiga ocular asociada a diferentes síntomas como dolor de cabeza y malestar general, y miopía, el 75 por ciento.

Entre los grupos de población que corren más riesgo de padecer problemas oculares debido al excesivo uso de dispositivos, están los niños entre 3 y 12 años y los adolescentes entre 13 y 18 años.

Para el oftalmólogo Francisco Poyales los controles son necesarios en los pacientes críticos porque "una vez que ha empezado el deterioro del nervio óptico, a veces, es imparable" y con un control médico periódico se podría haber solucionado.

Para estos especialistas, y según refleja el estudio, las principales causas que han provocado este aumento de patologías oculares son los nuevos hábitos de los ciudadanos durante la pandemia (34 por ciento), la falta de revisiones (16 por ciento) y el contexto de estrés e incertidumbre, 12 por ciento.

El 85 por ciento de los profesionales que han participado en el estudio han considerado que, a pesar de la situación de pandemia, es necesario acudir a la consulta del oftalmólogo al menos una vez al año.

Entre los consejos de prevención para mantener una buena salud ocular, los expertos han destacado no abusar de lentes de contacto, acudir periódicamente a revisión y analizar si hay antecedentes familiares de enfermedad ocular.

Para el 74 por ciento de los profesionales en oftalmología el consumo de tabaco es uno de los factores más peligrosos para la vista, seguido del hábito de frotarse los ojos con frecuencia (58 por ciento), no utilizar una protección solar adecuada (43 por ciento), mala alimentación (38 por ciento) y consumir alcohol de forma habitual, 37 por ciento.