Las redes sociales en la última década se han convertido en un apéndice de nosotros mismos. Hay algunos que a través de estos sitios webs buscan trabajo o pareja, comparten momentos o incluso cada minuto de su vida; sirven para manifestar felicidad, desacuerdo o tristeza. En el perfil de cualquier cuenta podemos ver datos personales del usuario así como el día de cumpleaños, aniversario o cualquier fecha relevante para que los seguidores o amigos feliciten y esbocen las más gratas frases de emoción. Pero, las redes sociales aún no han creado ninguna aplicación que nos informe si la persona que está detrás ha fallecido. Para la contabilidad y la estadística de estas empresas da igual que el usuario este o no vivo, En la cantidad perfiles está el negocio, es decir, las personas son aval para vender publicidad o cotizar en bolsa, por tanto siempre es interesante sumar y no restar usuarios. Internet y las redes nunca cierran, no tienen un día sin actividad como el día si coche o sin tabaco. Hay cientos de perfiles inactivos porque sus dueños ya han fallecido y a los que se les suelen llamar “los fantasmas de las redes” y sus amigos o seguidores siguen dejando comentarios post morten. Las cuentas en las redes sociales no se cierran automáticamente por inactividad como ocurre con las cuentas de correo.

¿Qué hacer cuándo un familiar ha fallecido? Entre los servicios funerarios de la compañía contratada puede estar el dar de baja “en la vida” a un familiar, pero si nadie lo hace en las redes sociales seguirá vivo virtualmente para la eternidad. Sus fotos, comentarios y datos personales permanecerán por siempre en el ciber espacio. Y es que después de la vida se puede tener otra en una pantalla de ordenador o en un smartphone y para siempre, si los familiares o amigos no eliminan la cuenta.

Las redes sociales disponen de un mecanismo para dar de baja al perfil de un difunto, pero en algunas ocasiones no es nada fácil por lo engorroso de los trámites y documentación a aportar o incluso porque la oficina que gestiona estas bajas por defunción está fuera de España.

Facebook, la red social más extendida y con más usuarios en el mundo, dispone en su apartado de denuncias para notificar y solicitar le eliminación de la cuenta. Primero hay que demostrar que la persona que gestiona esta baja es un familiar directo y aportar nombre, apellidos, dirección de correo electrónico y la URL de la persona fallecida. En caso de padres o hermanos se podría aportar documento del “libro de familia” o un documento notarial pero siempre un certificado de defunción o incluso algún artículo periodístico o esquela. La red creada por Mark Zuckerberg ofrece la opción de convertir la cuenta en un “perfil conmemorativo”, de este modo los amigos confirmados pueden postear mensajes en el muro, este perfil deja de aparecer en la sección de “sugerencias” y nunca se podrá volver a modificar pero se le podrá felicitar por el día de su cumpleaños de nacimiento aunque hay casos tan macabros en los que también se ha rememorado el aniversario de su desaparición terrenal. Sería como un duelo sin final.

En el caso de Twitter la persona que gestione la baja puede ser familiar directo o alguien autorizado en la representación del patrimonio del fallecido. Además de los datos que requiere Facebook la red social de los 140 caracteres solicita una copia del DNI de la persona que realiza del trámite y una declaración notarial firmada con sus datos y el certificado de defunción que en el caso de Gmail exigen que esté traducido en inglés. Para ponerlo más complicado todavía, Twitter pide que esta documentación sea enviada por fax o correo ordinario a una dirección de San Francisco, California. Advierten que además de esta documentación inicial pueden requerir información adicional, pudiendo llegar a ser todo un calvario.

Tuenti, la red social de los más jóvenes, tiene una política parecida a las dos anteriores. Para comenzar el proceso en Linkedln no es imprescindible que la persona que gestione la baja sea familiar directo, puede ser un amigo o incluso un compañero de trabajo, que tendrá que rellenar un formulario electrónicamente en las que las preguntan versan sobre el propio fallecido, además de aportar su correo electrónico. Linkendln comprobará los datos y la veracidad de los mismos y tras ponerse en contacto con la persona solicitante eliminan el perfil. En todos los casos el no poder demostrar el grado de parentesco o la representación legal entre la persona fallecida y la solicitante de la baja nunca se podrá llegar a eliminar el perfil y ahí se puede recurrir a la justicia.

Existen empresas que se dedican a estas gestiones por nosotros o incluso hay abogados especializados en redes sociales. Ni nosotros mismos tenemos el control absoluto sobre nuestras cuentas en las redes sociales. Lo más recomendable es que una persona de nuestra confianza conozca nuestras claves y de esta manera ayudar a la familia o amigos a sepultarnos virtualmente o vivir eternamente pero sólo en la red.