Regulación tecnológica

La Unión Europea obligará a las tecnológicas a compartir los datos que extraen

La Ley de Datos busca agilizar la cesión de éstos entre todo tipo de empresas privadas y administración pública para impulsar la economía comunitaria

Exterior del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Exterior del Parlamento Europeo en Estrasburgo. / EFE

Carles Planas Bou

La Unión Europea (UE) dará luz verde este miércoles a la Ley de Datos, una iniciativa con la que agilizar el flujo de datos de forma segura, regular qué empresas y organizaciones pueden acceder al rastro de información que los usuarios dejan en internet y con qué fines pueden utilizarlos.

Los datos se han convertido en un maná para la economía, en el petróleo del siglo XXI. Con esta nueva normativa, la UE crea un marco que permitirá acceder y compartir —bajo una serie de normas— mayores volúmenes de datos entre la administración pública y el sector privado, mejorando así la eficiencia del mercado único. Todo ello, “preservando los derechos y valores europeos”. La Comisión Europea (CE) señala que la Ley de Datos genere 270.000 millones de euros de PIB adicional de aquí a 2028.

Transformación económica

En las últimas dos décadas, los gigantes tecnológicos —GoogleAmazonAppleFacebook Microsoft— han alumbrado y normalizado un modelo económico basado en la extracción de datos de los usuarios. Acceder a ellos ha sido clave para detectar patrones de conducta de los consumidores, tendencias de mercado e incluso para predecir acciones humanas. Sólo en la UE, ese modelo tuvo un valor de 324.860 millones de euros a finales de 2019, una cifra que podría dispararse hasta los 827.089 millones en 2025.

Esos gigantes tecnológicos han utilizado los datos que recopilan como ventaja competitiva. La nueva ley busca revertir esa posición de dominio haciendo que los datos de ‘guardianes’ como Google estén también disponibles para la administración pública y para otras empresas más pequeñas, lo que les abriría nuevas oportunidades de negocio. “No queremos un monopolio de datos como el que tiene Google”, ha remarcado Angelika Niebler, ponente de la ley. Pasaría lo mismo en el caso de compañías fabricantes de dispositivos como móviles o cafeteras, que tendrían que compartir esos datos con terceros.

La llamada economía de datos ha transformado la sociedad y se ha extendido hacia múltiples sectores productivos y estratégicos como la salud, las finanzas, el automovilístico, la energía o el agroalimentario. Es por eso que las nuevas reglas no sólo se aplicarán a las empresas tecnológicas, sino a todos los ámbitos privados y públicos que se nutran de ellos.

¿Cómo afectará eso a los usuarios? La medida contempla los usuarios tengan acceso a los datos que generan, que hasta ahora quedan en manos de los fabricantes. Así, podrían pedir el traslado de sus datos hacia otros proveedores de servicios más baratos sin tener que pagar por ello.

La CE estima que, entre 2018 y 2025, el volumen mundial de datos se quintuplicará. Ese mayor flujo de datos también tiene el objetivo de liberar el potencial de los sistemas de Inteligencia Artificial (IA), una tecnología cada vez más en auge que Bruselas también está regulando.

¿Funcionará?

La ley lleva meses gestándose. La primera propuesta fue anunciada el 25 de noviembre de 2020; el 10 de diciembre de 2021 se alcanzó un acuerdo político entre los gobiernos de la UE y el pasado 23 de febrero la CE presentó la propuesta definitiva que se aprobará este mediodía en el Parlamento Europeo de Estrasburgo.

Sin embargo, que se apruebe y que se aplique son cosas distintas. El documento europeo señala que se deberá compensar al titular de los datos por su cesión de estos y que no podrán ser usados por los terceros para perjudicar su negocio, pero no especifica qué datos deberá compartir. Tampoco está claro cómo se obligará a esos gigantes tecnológicos a compartir una información que es esencial para su negocio y su dominio del mercado digital. Tras su aprobación, la ley deberá entrar en vigor dentro de 15 meses, eso es, en verano del 2023.