Sus nietos, sus hijos, incluso su exmujer al lado del Nobel en un momento histórico. Sonriente, posando con el simbólico traje verde y la espada hecha expresamente para él en Toledo. Fotos familiares para las redes sociales minutos antes de convertirse en un ‘inmortal’, como se denominan comúnmente a los ilustres académicos. Pompa y ceremonia para el hombre que de joven aspiraba secretamente a ser un escritor francés como Flobert. El primer escritor en lengua castellana no solo ha alabado la literatura francesa, ha recordado la guerra en Ucrania y la fuerza de la novela para salvar las democracias o morir junto a ellas. Desde su sillón número 18, a sus 86 años tendrá que salvaguardar la lengua francesa sin haber escrito ni una sola página en este idioma.