El tenista número uno del mundo embarcaba este domingo desde Melbourne en un vuelo vía Dubái para regresar a Serbia. Se consuma así su deportación de Australia después de una batalla judicial de 11 días entre con las autoridades de este país, para quienes su condición de no vacunado, además de incumplir las normas de inmigración, suponía una amenaza para la comunidad. El juicio más mediático de los últimos años se resolvía, tras cuatro horas de vista y tres de deliberaciones, con el fallo de la Corte Suprema, que da la razón al gobierno australiano, confirmando la retirada del visado a Novac Djokovic y ordenando su expulsión. A través de un comunicado, el tenista serbio declaraba sentirse extremadamente decepcionado por el fallo, aunque lo respetaba, y prometía colaborar con su expulsión. El tenista no solo tiene prohibido regresar a Australia en tres años. Si no se vacuna, tampoco podrá viajar a Londres o Nueva York, con lo que se perdería Wimbledom y el Abierto de Estados Unidos.