La policía de Birmania dispara cañones de agua contra los manifestantes en la capital que se oponen al golpe militar de la semana pasada y la detención de la líder civil electa Aung San Suu Kyi. Cuatro días consecutivos de protestas por todo el país del sudeste asiático y un creciente movimiento de desobediencia civil que ha afectado a hospitales, escuelas y oficinas gubernamentaales. Los manifestantes desafían los bloqueos de carreteras tratándose de lsa protestas más multitudinarias en más de una década. Las masas de manifestantes corean consignas y ondean pancartas mientras se niegan a dispersarse tras prohibirse las grandes concentraciones ayer lunes. Los militares han prohibido las manifestaciones y han establecido un toque de queda en algunas zonas para evitar las protestas.