Una ceremonia solemne y discreta en la capilla de San Jorge de Windsor, ha servido para despedir al Duque de Edimburgo. Con sólo 30 asistentes, entre familiares y algún allegado, y sin políticos ni jefes de estados, tras la misa, el féretro ha abandonado la capilla para partir en Land Rover en un cortejo encabezado por el príncipe Carlos.Aunque con la ceremonia se pone fin al luto nacional en el Reino Unido, la familia real mantendrá el duelo durante dos semanas más.