Centenares de migrantes se han ilusionado esta mañana al ver cómo se les abría una verja, pero la frustración llegaba poco después al toparse con otra, protegida por concertinas y vigilada por una hilera de policías, justo en la frontera polaca. Romper esas verjas y cruzar al otro lado no significa estar a salvo. Dos hermanos sirios han sido rescatados esta noche por un grupo de sanitarios. Estaban en muy malas condiciones tras pasar cuatro días perdidos en un bosque. Al menos ocho personas han muerto desde el inicio de esta crisis. Hoy han enterrado en el Kurdistán iraquí a Gaylan tras su trágico viaje en busca de futuro mejor en Europa. El líder bielorruso, Lukashenko, dice ahora que los migrantes a los que él animó a llegar a Occidente a través de su país son unos tercos. Y aunque los ayudase, no van a querer regresar a sus lugares de origen.